miércoles, 22 de febrero de 2012

Tal vez

     Hay quienes no logran entender las bases sobre la cual se sostiene la fe de que Dios ayuda a los más afectados entre nosotros.  
     Hay quienes declaran que la vida siempre ha sido una experiencia llena de insatisfacción y sufrimiento, y que uno de los mayores causantes de ello han sido las religiones y los  representantes de Dios.  
     Hay quienes destacan que durante siglos la humanidad le ha estado orando a sus dioses y éstos no han actuado. 
     Hay quienes piensan en el sufrimiento de los niños a través del mundo, incluyendo a Puerto Rico, y no ven el amor de Dios. Sostienen que hay que teorizar mucho para concluir que Dios es amor y creen que no hay base alguna para tener esperanza 'y por eso es que anda realenga'.  
     Hay quienes apoyan los adelantos que ha tenido la humanidad en las características innatas de los seres humanos que las han impulsado, en muchas ocasiones a pesar de la oposición de los religiosos.  
     Hay quienes acusan a Dios de haberle fallado a la humanidad, por no ser capaz de arreglar las cosas y le acusan de finalmente enviar a los desobedientes e incrédulos al infierno por no aguantar.  Argumentan que cuando las personas tienen problemas, se toma acción para ayudarlos sin necesidad de que lo reclamen, y que Dios, que todo lo sabe, no actúa a tiempo; espera que le oremos y le supliquemos sobre aquello que Él ya sabe que necesitemos. 


            Se trata de las vetas descubiertas en un cerro en La Parguera.  Difícil de 
         descifrar cuando no vemos el todo.  Los humanos siempre vemos en parte. 
¡Cuánto más, cuando se trata de comprender al Dios que trasciende nuestros límites! 
     Tal vez el concepto de Dios respecto a lo que es ayuda es diferente al humano.
     Tal vez el hacer algo de Dios, no es el que espera el humano.
     Tal vez el amor de Dios trasciende el sufrimiento que destacamos.
     Tal vez somos los propios humanos quienes torcemos la relación con Dios y las relaciones entre nosotros.
     Tal vez en lo innato de los hombres es que Dios deja su huella.
     Tal vez no hemos comprendido en qué consiste el amor de Dios.
     Por supuesto, todo esto es un tal vez... en el cual decido creer.