viernes, 16 de marzo de 2012

El Jíbaro de Adjuntas

Hace unos cuantos años
        El amigo Miguel Ángel Figueroa Hoyos, el Jíbaro de Adjuntas,  hace tiempo dejó de jugar gallos, y de criar ‘novillitos’ en la finca de Luchy en Saltillo.  Hoy le fui a visitar, respondiendo a su llamada telefónica de ayer.             
      Un gran trovador, improvisador y cantor de música campesina; grabó unos 16 ‘c-des’ y llevó su talento a tarimas y emisoras allende los mares. A los 88 su salud decae, pero no su cría o su sonrisa característica, y de vez en cuando, mientras conversamos, saca del pecho melodías que compuso hace décadas.  
       Entre cuentos y recuerdos de su historia artística, y un pocillo de café que nos obsequia Carmen, su esposa, me regala ésta décima:                     

                                                 Pueblo rico en el café
                                                 Y su flora tan galante
                                                 Que el lindo cerro del Gigante
                                                 A la distancia es que se ve
                                                 Permíteme que yo esté
                                                 Bien cerca para cantarte
                                                 Y a tu belleza adorarte
                                                 Como loco frenesí
                                                 Desde Guayo a Limaní,
                                                 Desde Yahuecas a Guilarte.  
       
       La imprimiré y la colocaré en un espacio al lado del diseño que hice para cerámica del Cerro del Gigante Dormido... y que terminé anoche.

viernes, 2 de marzo de 2012

¿Y después de entender,qué?

     En la antigüedad, los reyes y gobernantes procuraban el consejo de hombres "entendidos en los tiempos". Aunque la frase resulte curiosa, en esencia se refiere a quienes tienen la particular capacidad de percibir un significado mas acertado detrás de los eventos. Nuestra refranería popular los catalogaría como aquellos que se adelantan a verle la costura, advertir lo que acontece tras bastidores, o por debajo de la mesa.
     Aplicado al presente reciente, pudiese ser, quien ante la destrucción de las torres gemelas, captó los elementos de un escenario pre concebido y desarrollado para justificar la intervención militar y la ocupación, con el apoyo y el respaldo de la rama legislativa y la ciudadanía, de campos petroleros en un país extranjero. Tal vez se trata de quien visualiza un fiasco planificado que alcanza proporciones billonarias detrás de la cartera de préstamos hipotecarios que resultó de beneficio para ciertas instituciones bancarias, la desaparición de otras y la destrucción política de un alcalde neoyorquino que pretendió denunciarlo; o la propagación premeditada de la existencia de una epidemia de gripe aviar para lograr la venta millonaria de vacunas, o la eliminación de poblaciones enteras de nómadas auto suficientes a través de las condiciones prestatarias de salubridad requeridas por el Fondo Monetario Internacional. Añadámosle los exitosos esfuerzos por privar a la humanidad de la cura del cáncer y el uso de vehículos eléctricos por los poderosos intereses de los productores de fármacos y los emporios petrolíferos.
     La lista es interminable, frustrante, deprimente y genera un sentido de intranquilidad, vulnerabilidad, incapacidad e impotencia. Un sicólogo y profesor de la universidad del estado lo expresa del siguiente modo: “Si esto es así, estamos perdidos”. Da la sensación de portavociar el sentir de miles de humanos a través del globo terráqueo que rechazan "un sistema" que es contrario a los ideales, que amenaza e insta a la inseguridad, a estar a la defensiva, porque no se sabe lo que puede suceder, y por lo tanto roba la paz.
     Eso es terrorismo mental.
     Hay quienes optan por la incredulidad. El razonamiento detrás de éste último proceso es algo así: Aunque sea cierto, resulta tan amenazante y me deja en una posición de tal indefensión, que prefiero no creerlo.
     La moralidad ha dejado de ser un criterio determinante de conducta y la codicia, el amor al dinero y al poder prevalecen. La regla predominante es caminar por el filo que se acerca al mal (lo delictivo) y aplicar la ingeniosidad para no dejarse atrapar.
 Antes de poder cuidar el planeta,
debemos cuidar de nosotros.
Lo otro es una contradicción.
 
   ¿Y qué podemos hacer entonces? ¿Cómo habremos de vivir, ejercer la libertad, procurar nuestro bienestar y la felicidad?
    Viktor E. Frankl, un neurólogo y psiquiatra austriaco, sobreviviente del Holocausto (El Hombre en la Búsqueda de Sentido) sostuvo que cuando ya no podemos cambiar la situación, el reto es cambiar nosotros.
     Podemos alterar los puntos de referencia, los parámetros; en fin, la perspectiva... rápidamente y con determinación, evitando volver a tomar ese camino conducente a la inanición depresiva. ¿En qué dirección?  El de la realización propia dentro del contexto socio económico en el cual nos encontramos. Concentrándonos en ese territorio sobre el cual ejercemos un poco más de control y autoridad: nuestra casa, la finca, la oficina, la empresa, etc. y haciendo de manera excelente lo que sea que hagamos. Es pensando el bien, teniendo razonamientos auténticos y positivos, dando lo mejor de nosotros y siendo creativos.  ¡Triunfaremos! 
     "No seas vencido de lo malo, antes bien, vence con el bien el mal."