martes, 12 de febrero de 2013

¡Libertades!


 [En memoria de Moisés Rosa Ramos y Hernán Cortés Serrano, dos valientes que siguieron el curso judicial de los reclamos, y que finalmente recibieron un NO HA LUGAR.  En la foto aparecen frente a las escaleras del Tribunal Supremo de Puerto Rico depositando un ramo de flores en señal de protesta.  Al mismo le acompañó la siguiente nota: “La misión de la judicatura es hacer justicia. Esa responsabilidad se viola cuando la consecuencia de una sentencia es castigar a quien hace el bien. Si el efecto práctico es suprimir la libertad y condenar al hombre al grave riesgo de perderla y en el proceso la corte viola la ley; estamos ante la tiranía“.  El tercero en la foto, con barba blanca y gafas, es Edric Vivoni Farage, abogado.]  

Rosa Ramos, Vivoni Farage y Cortés Serrano
     El tirijala que existe respecto al control de armas no es nuestra lucha. En un sentido estricto no lo es. Se está llevando a cabo en los EEUU ante el intento del gobierno de esa nación por restringir derechos constitucionales. Esta no es la trayectoria del gobierno de un sólo país.  Ante la inconformidad e insatisfacción, los reclamos, protestas y manifestaciones de las personas, los gobiernos aumentan su esfera de controles.  Eso significa disminuir,  limitar y hasta penalizar el ejercicio de libertades ciudadanas.  Algunos sistemas gubernamentales entienden que el derecho al voto, la representación de la ciudadanía o de sectores por cuerpos directivos, congresionales o legislativos provee la suficiente oportunidad para que las personas se expresen.  Nada más lejos de la verdad, pero bajo tal creencia, las protestas son vistas como obstáculos e impedimentos a la gestión estadual; al ejercicio del poder de administrar el país.
   Así las cosas, la lucha se ha convertido en una entre gobernantes y ciudadanos... controles y libertades.  Y eso nos afecta doblemente.  
        Primero; porque cada derecho que se limita, pierde, o no se reconoce significa mayor opresión y menor libertad.  La razón de ser de los gobiernos es salvaguardar los derechos de las gentes y establecer un mínimo de orden social.  Los gobiernos no se instituyen para crear empleos, educar y proveer salud.  Mucho menos para regular 'ad nauseam' todo aspecto de la vida de las personas.
Alberto De Jesús (Tito Kayak) y 
agentes de la fuerza gubernamental
  Segundo; porque en Puerto Rico desconocemos el verdadero significado de la libertad. Por una parte, se ha identificado como independencia política, y por tanto, hasta que no llegue la última, no se puede ejercitar la primera.  Adicionalmente, nos hemos adaptado a la idea de que la libertad está garantizada por un doble control. Gobierno local y gobierno federal. ¿Por qué no nos manifestamos? ¿Por qué las protestas por las injusticias y los abusos son cada vez menos frecuentes y más apocadas?  ¿Por qué nuestros reparos se expresan a través del cinismo, la frustración y la depresión colectiva?  ¿Por qué tanto consumo de alcohol y de drogas?  Se nos ha 'domesticado' no por uno, sino por dos gobiernos.
     La lucha por el ejercicio de derechos frente a los controles guber- namentales es la lucha de todos nosotros.  ¡Adelantemos la libertad!


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miércoles, 6 de febrero de 2013

Simplemente una ilusión


Sí, estamos sorprendidos, molestos, y algunos hasta arrepentidos. No lo digo por mí.  No acudí a las urnas en las pasadas elecciones.  Le vi poco sentido al escoger entre azules y rojos…, y respecto a los demás, ni siquiera tuvieron la capacidad de realizar alianzas para lograr representación legislativa.  Claro que fueron motivo de sorpresa y alegría ciertas ‘victorias’ y ciertas ‘derrotas’, pero éstas más bien fueron el producto de una efervescencia contagiante y generalizada típica de la campaña política.   
La situación de Carmen Yulín en San Juan nos mantiene observando con una cautelosa esperanza.
La realidad es que era ilusorio esperar otra cosa de una elección entre las “D” y las “F” cuyo fatal destino era un ‘deficiente fracaso’.  Así fueron catalogados los dos principales candidatos tras una encuesta realizada por El Nuevo Día un año antes de la votación. [Vea mi columna – Entre las des y las efes – en éste blog.] Claro que la propaganda, las estrategias de las campañas de publicidad y las creaciones cosméticas de carácter, unidas a las millonarias inyecciones de un capital básicamente oportunista cumplieron su cometido; cambiar el color del control.  Estamos exactamente donde era previsible; ante el continuismo administrativo, el cambio estético, la falta de visión y la ausencia de un nuevo proyecto de país. Regresamos demasiado pronto a ‘la realidad’.  Defensas y ataques enfilados al 2016, y tras bastidores, la concesión de beneficios y privilegios amiguistas a los allegados.
Un prestigitador
¿Por qué frustra tanto?  Es que todos queremos creer en un mejor Puerto Rico, y  mal logramos ese deseo cuando ciframos nuestras expectativas en el gobierno.  Los políticos y los medios lo transmiten así; que el bienestar del país depende de los primeros.  Es parte de las ínfulas del poder que nos alcanza, pero la realidad es que la tarea es de cada uno de nosotros.  Puerto Rico es el conglomerado de gente de todos los calibres y a todos nos corresponde poner nuestro granito de arena.  Lo demás es simplemente una ilusión.