lunes, 24 de junio de 2013

La revolución

Dedicado a Alejandro García Padilla, Gobernador de Puerto Rico, ocupado en balancear el presupuesto mediante la imposición de mayores contribuciones al pueblo; a Pedro R. Pierluisi, Comisionado Residente, ocupado en presentar un nuevo proyecto de estatus para la Isla y a Juan R. Dalmau, candidato a la gobernación por el PIP y cuya ocupación política presente se desconoce. 


Nos ocurre a todos.  Salimos en la búsqueda de algún lugar o de algún objeto específico y en el proceso nos desapercibimos de una cantidad increíble de sitios y cosas, porque la mente está enfocada y concentrada en aquello que persigue.   Así es la naturaleza humana.  Sin embargo, cuando no advertimos lo obvio o lo despachamos livianamente, o miramos pal otro lado…, estamos despistados o incurrimos en el peor de los engaños; el de nosotros mismos.       

Ésta es una lección cercana a los puertorriqueños.  En muchas escuelas de Puerto Rico se estudia la historia de los Estados Unidos.  Aquí celebramos el éxito de su revolución el 4 de julio.  El día es feriado.


El general Washington, a cargo del ejército revolucionario
    La guerra de la independencia de las trece colonias no se originó debido a un sentimiento patriótico y nacionalista.  Ese sentido se fue generando como secuela de situaciones económicas y políticas injustas.  
   Inglaterra le aplicaba fuertes impuestos a los colonos sin que ellos tuviesen representación alguna en el cuerpo legislativo que aprobaba tales leyes o en el gobierno que las imponía.  Eso generó un reclamo de unidad, libertad e independencia y finalmente la insurrección.


El abusado que resintió y rechazó las injusticias que contra él se cometían, olvidó su propia historia y se ha convertido en el abusador que provoca resentimientos y rechazos por las injusticias que comete contra otros que ahora están donde él una vez estuvo.  Es importante para nosotros reconocer que estamos sujetos y somos el objeto del abuso económico y de las injusticias.  Sosquinearlo, hacernos de la vista larga o auto engañarnos es deshonroso.  Somos un pueblo valioso, con dignidad y orgullo propio.  ¡Reivindiquémosnos!

jueves, 20 de junio de 2013

¿Y la consciencia? Muy bien, gracias.


El pensamiento y la conducta de los humanos se sostiene sobre valores.  Existe un profundo desgaste y preocupante laxitud en lo que éstos significan.  En la dirección del país se difunde el uso de un lenguaje y una acción consecuente en extremo contradictoria y confusa.  Se anuncia en un mensaje trasmitido al pueblo la disminución en un medio por ciento en el cobro del IVU, cuando la realidad es que se trata de un aumento malabarístico y peor aún, en vías de incrementarse.  El legislador ciudadano es una terminología inconsecuente, porque la realidad es que sigue siendo lo mismo de antes. Se justificó el arrendamiento del aeropuerto para que los bonos del país no se clasificasen como chatarra, y en menos de dos meses se procuran nuevas medidas impositivas para volver a evitarlo.
Las mismas palabras, significados diferentes

Cuando se le llama a lo que es como lo que no es, y a lo que no es como si fuera; cuando se dicen medias verdades (lo que en realidad son mentiras) surge un aspecto ético que hemos obviado al considerar nuestra realidad presente. La ética justifica racionalmente un sistema moral; pero la moralidad se ha convertido en un ‘cuco’, en lugar de una guía.  Por eso se le acorrala en espacios limitados de la mente, para que moleste lo menos posible a la conciencia y al comportamiento. Eliminando o flexibilizando los parámetros del bien y el mal, se abren las puertas a los pareceres y a los deseos individuales.  Ese precisamente es el atajo que conduce a la corrupción.  Cuando lo que prevalece cómo criterio de conducta es aquello que resulta de la voluntad y el acuerdo entre personas con capacidad para consentir, la imaginación es el límite. ¡Ah! y como el pueblo consiente en ser gobernado al ejercer su derecho al voto, los elegidos hacen y deshacen respondiendo a sus particulares y colectivos  entendimientos; y todo está en orden.
La moral se fundamenta en criterios objetivos o subjetivos… y en una amplia y confusa gama de mescolanzas y combinaciones entre ambos. ¿Integridad?  ¿Rectitud?  ¿Honorabilidad?  Veamos algunos claros ejemplos de la trayectoria existente: ‘Tal gobernante robó, pero puso a correr la economía'. ‘Como los que estaban antes lo hicieron, yo también lo hago’.  Así que el fin justifica los medios y todo se ha relativizado.
La politiquería, el fanatismo religioso, la sicología y la psiquiatría moderna generan una madeja de suposiciones en la zona que ocupan los valores.  Se manifiesta mediante la manipulación y con interpretaciones cuyo final, consciente o no, es la consecución del poder sobre el pueblo y los individuos.  Lo demás parece no importar, y en ese demás se encuentra Dios.  ¡Despertemos de ésta turbación ya!

viernes, 7 de junio de 2013

De mansitos corderos, a carneros que embisten



 Los malabares gubernamentales para extraer del bolsillo del puertorriqueño unas cuantas pesetas más parece no tener límite.  Se suma para restar y se multiplica cuando en realidad se divide; el aumento es una disminución y se le llama más a lo que es menos. Parece un trabalenguas, pero en realidad es una inconsistencia insostenible que da cátedra al pueblo sobre cómo sustentar como razonable lo irracional.  A la gente que aprende y practica ese idioma, contradictoriamente se le castiga.
 Dicen que se avecina el desastre económico.  No puede gastarse más, pero el presupuesto y la deuda pública sigue aumentándose.  La solución no es exprimirnos hasta estrangularnos.  Así se quiebra y desestabiliza un pueblo.
Recientemente la oficina de la Contraloría General publicó un informe señalando que las navieras que sustentan el monopolio que hacen operantes las Leyes de Cabotaje en Puerto Rico son ineficientes y nos causan pérdidas montantes a $700 millones.  Eso no son pesetas…son unos cuantos millones.  Se puede añadir otra millonada a la exorbitancia de las tarifas que nos cobran.  Ya públicamente se reconoció que esas leyes ocasionan grave daño a nuestra economía, pero la solución que nos ofrecen es que aguantemos.  Si no lo hacemos ellos dicen que peligra la existencia de la Marina Mercante de los EEUU y hasta su seguridad nacional.    
 Nuestra sobrevivencia como pueblo parece estar dependiendo de la obtención sustancial de dinero. Estamos ante la encrucijada perfecta. Por un lado sacudirnos de éste yugo abusador [así lo llamó el Nuevo Día en su editorial del 22 de marzo de 2013] y a la vez inyectar a nuestra economía sobre mil millones de dólares.
De pié...
¿Y nuestros legisladores qué hacen?  Antes de las elecciones todos estaban de acuerdo en la necesidad de eliminar el ‘buling’ que recae sobre nosotros como resultado de la aplicación de estas leyes, pero ahora responden como corderitos.  ¿Por qué no unirnos para exigir su eliminación?  ¿A qué tanto miedo?
 Se obtienen del congreso millones para celebrar otro plebiscito innecesario.  Hagamos una consulta para ver qué dice el pueblo sobre este abuso y vayamos con los resultados ante el mundo a ver qué pasa.  ¡Embistamos!


De mansitos corderos a carneros que embisten - El Nuevo Día

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