miércoles, 4 de febrero de 2015

Los primeros pasos...tan sólo pininos

Desvela’o. A ésta hora paso por cientos de fotos, noticias, comentarios y eventos en Facebook.  En realidad eché un sueñito como hasta las 12:30… y mientras observo, recuerdo la letra de una canción que popularizó Nydia Carlo: “por eso hoy canto por cantar, sin un motivo de preocupación, que los problemas son de cada cual y cada cual ya tiene su canción”.  [Con ella ganó en 1974 el Festival OTI de la Canción]
Reflexiono.  Todos tenemos nuestras canciones y las compartimos, con el deseo de que otros conozcan lo que pensamos y sentimos, lo que nos entusiasma y ocupa.  Son nuestras composiciones y las presentamos ante la audiencia del Teatro La Compu… esta pantalla pequeña frente a la cual nos expresamos.  ¿La importancia de lo que manifestamos?  Toda la del mundo: es una parte nuestra la que exponemos, y como tal tiene un enorme valor.   
   
Con el yédai hago diversos comentarios en 'feisbuc'. 
Uso el yédai y ‘la pepa’, en algunos de mis comentarios en esta tarima. Lo hago para destacar la trascendencia o frivolidad de muchas de las cosas que legítimamente nos apasionan e interesan.  Reconozco y defiendo la prerrogativa de cada cual de ‘postiar’ lo que a la fin y a la postre es el ejercicio de su libertad.  Lo cierto es que todos tenemos derecho a nuestras respectivas pepas. 
Lo que me he propuesto es contextualizar esa multiplicidad de intereses dentro de los parámetros del bien y el mal.  A todos nos duele ver cómo nuestro país se desmorona y de una u otra forma sustituimos lo trascendente para no hundirnos en la depresión colectiva o individual.  Por eso mi presuposición de que el bien y el mal no son pepas. 
          A través de las intervenciones de este personaje promuevo la noción de que el bienestar del país depende de cada uno de nosotros y no de los partidos políticos… o el gobierno.  Suena lógico, pero carecemos de verdaderas opciones para mejorar la situación.  Hemos incorporado a nuestro pensamiento, la idea que son los gobernantes quienes tienen esa misión.  Ese es uno de los resultados del caudillismo y el paternalismo estadual, y en Puerto Rico hemos comprobado, partido tras partido, elección tras elección, que no funciona.  Por lo menos en los últimos treinta años las cosas han empeorado: la corrupción y la imposición de contribuciones de todo tipo ha aumentado, nuestra iniciativa agrícola y empresarial menguada y nuestras libertades coartadas.  
     La pregunta que se cae de la mata es: ¿Qué podemos hacer?  ¿Marchar y protestar, o esperar y ejercer el voto de castigo?  Estas alternativas resultan inefectivas.  Podemos comenzar, a nivel individual, haciendo el bien y rechazando el mal.  Podemos hacer, aquello en lo que nos desempeñamos, con excelencia e integridad...dando lo mejor de nosotros.  Al hacerlo, habremos contribuido más al mejoramiento del país que lo que hasta ahora han hecho quienes lo administran.    En lo que respecta al mal funcionamiento del gobierno podemos desarrollar mecanismos de presión para implementar lo ordenado por el pueblo.  Promover medidas que nos favorezcan y para eliminar aquellas que consideramos equívocas o abusivas...y todo ello, fuera del contexto partidista y electoral. 
¿Qué hay que crear e inventar?  Definitivamente.  ¿Qué hay que dar la batalla?  Por supuesto.  No tengo duda alguna respecto a la capacidad de nuestra gente para lograrlo. 
Un ejemplo de ello es la campaña que se desarrolla, a través de los medios electrónicos para registrar un mandato al liderato político del país, de manera que entre todos apoyen la presentación de un proyecto de ley para una consulta electoral, ‘SI’ o ‘NO’, respecto a la aplicación de las Leyes de Cabotaje a Puerto Rico.  [La inclusión de líderes de partidos que no quedaron inscritos responde a su interés en el bienestar general de la Isla y su capacidad de aglutinar fuerzas en el país.]  Se trata de un paso inicial con serias y múltiples repercusiones.  Mi convicción es que estamos incursionando, de una manera efectiva, distinta y aleccionadora de salir adelante.   ¿A qué conclusiones llegamos respecto a cantar por cantar?  ¿Al personaje del yédai?  ¿A la pepa?  Creo que todo se resume en la excelencia e integridad con que debemos vivir, mientras vamos adquiriendo una mayor consciencia de que nuestras acciones tienen consecuencias buenas y malas.  ¿Y respecto al país? Ente todos lo echaremos pa'lante, porque esa vieja manera de dirigirlo y dividirlo, aunque no tiene sentido, sigue presente… y este nuevo cambio hay que ir creándolo y adaptándolo caminando hacia el futuro.