martes, 22 de marzo de 2016

¿Qué podemos hacer?

           
La marcha en contra de la venta de la telefónica llevada a cabo en el 2006 fue todo un éxito en organización, asistencia y contenido.  Acudí a la misma en calidad de observador del Colegio de Abogados.  No recuerdo acto de protesta anterior o posterior con mayor despliegue de apoyo, sin embargo, el resultado no guardó proporción con el esfuerzo y el objetivo, ya que la venta se llevó a cabo.  Ha transcurrido una década. 

En el ambiente circulan aires de descontento, frustración y cinismo.  La economía está deprimida, la deuda pública parece impagable y cada vez se acerca el momento de la designación de
una junta de control fiscal.  Todo apunta a que los puertorriqueños seremos obligados, por una entidad originada en el gobierno federal, a satisfacer los reclamos de nuestros acreedores. La imposición nos obligará a pagar por actuaciones extra constitucionales de los administradores del país. Resulta interesante que no haya indicios de que a ellos se le habrá de exigir responsabilidad por las ilegalidades en que incurrieron.  Además de la pérdida económica que ello significará para cada uno de nosotros, existe un precio emocional generado por la impunidad, el sentido de impotencia, la incertidumbre y la ausencia y el vacío que producen los que se marchan.  La falta de paz y sosiego es parte del precio que ya estamos pagando.    
Quisiéramos hacer algo para alterar el desorden y el desenfoque imperante: ¿Pero qué?  Las gentes nos organizamos en sociedad y designamos a los gobiernos con el fin de procurar el bienestar común, propiciar nuestro máximo desarrollo y tener un grado de seguridad. De tal razón de ser nos encontramos muy distantes; tanto así, que han ido convirtiéndonos en los pagadores de la corrupción, los delitos y las maquinaciones de quienes nos han mal gobernado.  
¿Qué podemos hacer?  El asunto va más allá de participar en las elecciones; eso nada ha resuelto. Los partidos y los candidatos independientes están desarrollando sus campañas electorales como se ha hecho histórica y tradicionalmente.  Parecemos estar enajenados de los efectos del control federal.   No hay que ser adivino para  pronosticar que las elecciones las ganará el PPD o el PNP, que el PIP obtendrá alrededor de un 5%; un 4% entre la Lúgaro y Cidre y alrededor de un 2% el PPT.  Eso significa que todo seguirá igual, excepto que el poder del gobierno de Puerto Rico y de los electores se habrá visto limitado por la designación de una junta de control fiscal federal.  Ir a las elecciones en noviembre, como si nada extraordinario estuviese sucediendo, carece de sentido tanto para los que votamos, como para los políticos que aspiran a gobernarnos. Responderemos con indignación, protestaremos y nos opondremos; derechos que protege y garantiza la constitución, pero ello no necesariamente impedirá lo que a todas luces parece inminente.
El curso de acción a seguir requiere de valentía y tendremos que llevarlo a cabo dentro del estado de emergencia en que se vive en Puerto Rico.  
¿Qué tal si nuestro primer mandatario, Alejandro García Padilla designa de inmediato una Junta de Gobernación compuesta por todo candidato a gobernador que haya certificado la Junta Estatal de Elecciones?  ¿Qué tal si esa Junta comienza a trabajar de inmediato para crear un proyecto de país?  ¿Qué tal si en noviembre, para el día de las elecciones, los votantes acudimos a elegir un administrador no partidista, para que presida la Junta?
  ¿Por qué no?  ¿Porque se caería la práctica de los inversionistas políticos de realizar aportaciones a cambio de obtener preferencias y consideraciones especiales post eleccionarias? ¡Qué bueno!  ¿Porque desarticularíamos el modelo bipartita que ha predominado durante décadas en el país y que ya no sirve?  ¡Qué bueno!  ¿Porque le daríamos la oportunidad de trabajar por Puerto Rico a todos los que han manifestado tener la voluntad, el tiempo y la capacidad para dirigirlo?  ¡Qué tremendo!  ¿Porque seremos nosotros quienes vamos a enfrentar nuestros problemas?  ¡Ya es tiempo!  ¡Qué bueno!  ¿Porque alteraríamos el curso de nuestra historia de Pueblo y a la vez evitaríamos la imposición de una junta de control fiscal federal?  ¡Qué bien!  Y si no lo logramos del todo, habremos enfrentado el asunto unidos. ¡Ese es un enorme paso de adelanto!  Mucho que ganar y poco o nada que perder; es una buena consigna.  ¿Don Alejandro?

A 22 de marzo de 2016
Hacienda Luz de Luna
Adjuntas, Puerto Rico

*[El autor es agricultor, abogado, mediador certificado y ex profesor universitario.]


viernes, 18 de marzo de 2016

Los Carteles II

Puede acceder la revista completa en:  https://www.joomag.com/.../los.../0684024001458332921
 Para verlo, debes marcar donde dice; seguir el enlace.



   Éste segundo cuaderno lo he creado con el interés de que se utilice como un instrumento para adquirir consciencia sobre la imperante necesidad que tenemos los puertorriqueños de eliminar los efectos de las leyes de cabotaje; la importancia de la solidaridad en aspectos que trascienden los partidos políticos y algo sobre la propuesta de una Junta de Gobernación.
   En los momentos difíciles que vive Puerto Rico, escucho, veo y leo sobre protestas, análisis y un sarcasmo rayante con la decepción y la irrespetuosidad.
 Hacen falta propuestas creativas...otras maneras de percibir y enfocar nuestra realidad del momento.  El país cuenta con grandes mentes pensantes; con talentos creativos, con hombres de altura, de honestidad intelectual y amor patrio.  
   Si ésta publicación sirve como un estímulo; si logra abrir puertas mentales y derribar algunos esquemas en la dependencia y el temor que se han generado durante siglos del colonialismo bajo España y luego, bajo los Estados Unidos, habré logrado algo de importancia.   
  
PD. Espero que disfrutes los carteles; hay mil formas de expresar una misma idea.


lunes, 7 de marzo de 2016

La perspectiva nos hace comprender otras realidades

   En un sentido, la perspectiva es todo. Si no, preguntémosle a Alicia en su país de las maravillas.  
   Si creemos que el futuro y el bienestar de Puerto Rico depende de unas elecciones y de quién resulte ganador en las mismas, iremos a participar de ellas y no importa elegir entre los menos malos…porque no lo percibimos así; lo que creemos es que mi color y candidato es ‘verdaderamente’ superior a todos los demás. [Tampoco me ocuparé de crear y desarrollar opciones más justas que le provean al ciudadano una mayor injerencia en la gobernanza del país, porque pa’eso son las elecciones.] Si creemos que nuestra economía sólo está en crisis por los malos manejos de nuestros administradores de turno, terminamos favoreciendo o aceptando la designación de una junta de control fiscal federal, porque pensamos que ‘ellos’ lo saben hacer mejor y nos vienen a ‘ayudar a resolver’… pero no vemos cómo ‘ellos’ han ‘mantenido’ la colonia de Puerto Rico durante casi 200 años y si lo vemos, eso no guarda relación con los estragos económicos y morales que esa condición ha tenido entre nosotros…porque no lo percibimos así.  En conclusión, todo se reduce a que ‘la solución’ está en que ganen los rojos o los azules (ya que en el fondo y el día de las elecciones, creemos que más nadie tiene oportunidad) y que los ‘federales’ vengan a enseñarnos a ser honestos (porque nosotros no sabemos o no podemos).  ¡Ah! y que gane Sanders, porque entre la Clinton y él… y entre Trump y él… porque no vemos cómo eso nos aleja de nuestra responsabilidad y nos adentra en el partidismo de EEUU y de alguna manera soslayamos que nos estamos refiriendo al mismo país ‘tirano’ que nos trata “con negra maldad”; parte de la cual es la imposición y explotación de la que somos objeto al aplicársenos las leyes de cabotaje… y eso Sanders es el único que nos lo resolverá.  
    ¡Ay bendito, Puerto Rico!