“...a
todas esas cosas y tú me enseñaste que son maravillosas. Sutil llegaste a mi
como una tentación, llenando de inquietud mi corazón.” (Del compositor cubano Frank Domínguez)
Ciertamente
los seres humanos tenemos la capacidad de acostumbramos a muchas cosas. Buenas y malas.
Bajo el distanciamiento social ordenado por el gobierno y aceptado por la ciudadanía debido al COVID-19, se hace más difícil
establecer agendas como lo hacíamos antes. En muchos casos las prioridades han
cambiado y nos vemos precisados a ser menos rigurosos en ceñirnos a lo que
hemos programado. Ahora disponemos de más tiempo para reflexionar.
Por tal razón y por aquello de que no debemos
aclimatarnos a ciertos acontecimientos, como los resultados de las elecciones
2020, piensa que, de acuerdo a la
auditoría realizada por el propio gobierno, existen irregularidades
insuperables en el proceso. Entre ellas
la existencia de 72,000 papeletas más de las que ordenó y recibió la Comisión
Estatal de Elecciones. Están las órdenes
y los recibos expedidos por las mismas y hay un inexplicable excedente por esa
cantidad. En otras palabras, es como si
hubiesen votado 72 mil personas, en papeletas que no fueron ordenadas o
recibidas para el proceso electoral. ¿A
quiénes favorecieron? No se sabe y
tampoco hay manera de averiguarlo. No
existe explicación alguna para ello, sencillamente aparecieron por arte de
magia y fueron contabilizadas para llegar a los resultados electorales.
Las
personas que juramentaron y pasaron a ocupar puestos electivos, lo hicieron a
sabiendas de ello: el Gobernador,
comisionado residente, legisladores, alcaldes y asambleístas.
Unos de los principios constitucionales,
merecedor de la más alta jerarquía en los países democráticos, es que el
poder de los gobernantes surge de los ciudadanos. La manera de expresar ese poder es ejerciendo
el voto. Por eso se le considera
un derecho. En algunos de los países
llamados comunistas, donde sólo existe un partido, las elecciones son
consideradas una burla a la democracia.
¿Cómo clasificaríamos unas elecciones donde se manipulan y alteran los
resultados electorales? ¿Dónde se
desaparecen actas y listas de votantes? ¿Dónde no se siguen las disposiciones
legales y reglamentarias en cuanto a llevar constancia escrita de las personas
que trabajaron en las mesas contando votos? ¿Dónde aparecían maletines de la
nada? (A saber, cuántos desaparecieron o fueron sustituidos.)
¿Cómo
es que unos puertorriqueños pueden estar celebrando sin que aún se haya
aclarado? ¿Dónde quedan nuestras aspiraciones democráticas? ¿De qué protestas,
lucha, discursos estamos hablando? ¿De qué estadidad, estadolibrismo o
independencia vamos a hablar?
A
6 semanas de las elecciones todo parece indicar que estamos acostumbrándonos a
todas estas cosas.
Directo al Higado, muy acertada presentación!!!
ResponderBorrarHasta en esto se copian de acá!!!
ResponderBorrarMuy cierto... ya nos acostumbramos a todas estas cosas.
ResponderBorrarAun no me acostumbro; tengo esperanzas en mi gente.
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