Génesis 3:17 Y
al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer,
y comiste del árbol
de que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita
será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu
vida. 18 Espinos
y cardos te producirá, y comerás plantas del campo.19 Con
el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de
ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás.
Si
mal no recuerdo, ese fue parte de un castigo, porque la bendición primera, fue que
el hombre labrarse y cuidase del huerto. Debido al pecado de Adán entró la maldición a
la humanidad, pero por el sacrificio y la redención de Jesucristo, recibimos abundancia
de gracia, de dones y de justicia.
En mi mente finita, tal vez infantil e ‘ignorante’,
interpreto que ahora debería ser como al principio en el jardín; pero no es así. Aparecen los abrojos y aplico el sudor al trabajo
de la siembra y la cosecha. No entiendo
y tal vez no me corresponda, pero el
niño que hay en mí siente curiosidad por aprender y conocer sobre tantas cosas;
especialmente aquellas en las cuales me desempeño: la agricultura.
¿Será que el jardín, con sus dos
árboles en el centro - el del bien y el mal, y el de la vida – se encuentran también,
dentro de nuestro corazón y mente? ¿Acaso
la diferencia entre cómo era antes y cómo es después depende de mi elección? Sé que todo
depende de Dios. ¿Y si de cierta manera,
en ese diseño tan profundo que escapa de la comprensión humana, en alguna
dimensión mi voluntad opera? Tú dijiste
que somos como dioses. Satanás lo
repitió, pero le dio cierto ribete: “más sabe Dios que el día que comiereis de
él, serán abiertos vuestros ojos, y
seréis como dioses sabiendo el bien y el mal.” Es verdad, Dios lo sabía y tras el humano saborearlo
y satisfacer lo agradable que resulta ante nuestros ojos; hoy tenemos
consciencia de lo bueno y lo malo.
Es el conocimiento de la verdad lo que
me hace libre. ¿Cuál es esa verdad aplicada a mi primera disyuntiva? ¿Cuido del huerto o lo sudo como consecuencia
de la maldición? ¿Podrá ser que antes de
la maldición, cuando el hombre labraba el huerto, éste también sudaba? ¡Interesante vuelta!
Ahora dependo de Dios para que ilumine
mi entendimiento.
[Estoy en el bosque, y una pareja de
pájaros carpinteros chicharrean en el tope de un roble esbelto. Llaman mi atención. Quizás, en un sentido, somos como ellos; nos
movemos en espacio y tiempo durante nuestra travesía terrenal. Escogemos una pareja, una rama seca para ahuecar y hacer el nido,
comemos y criamos; en fin vivimos y morimos.]
¿Será que si en mi centro (mente y
corazón) elijo la redención plena, habré de vivir la bendición? Si de alguna manera me despojo del bien y del
mal, y en entrega total confío en Dios y obro: ¿Dejará de haber sudor? ¿O será
que el esfuerzo que produce el sudor y el cansancio ha sido sustituido por la
capacidad, la inventiva y el dinero para usar otros medios que me permiten el
cuido y sus beneficios? ¡No sé! ¿Será todo esto el producto de una
intelectualidad de pensamientos elaborados?
[Hago un aparte para prender el fogón
de Mi Lugar Mágico y sudé. Sí…en la búsqueda de las viandas, la leña y el
encendido. Esa es una realidad
obvia. Si ese es el camino que escojo,
ese viene a ser parte del proceso: el sudar.
Sin embargo, tuve otras opciones; por ejemplo, cocinar en casa. Con tan sólo encender la estufa y buscar en
la nevera, lo podía haber hecho; o si le pidiese a mi esposa que lo hiciera,
hubiese comido algo sin sudar. ¡Las
opciones son mías! Dependerá de cuál,
entre otras tantas, elija. Cada opción
tiene sus procesos y sus consecuencias. ¿De eso se trata? Finalmente… de mis decisiones; de la capacidad
de prever los procesos, conocer sus componentes y finalmente de sus
consecuencias.]
Escribiendo ésta reflexión |
Si estoy en el huerto, cercano al
estado de conciencia del bien y el mal, tendrá sus‘requisitos’y ‘resultados’. Si me acerco o enfrento a la situación con la
mentalidad redimida (de niño, quizás) el proceso responderá a esa disposición. Eso desde el plano humano, porque desde la
perspectiva de Dios, me parece que Él lo conoce todo y de alguna manera que
desconozco (sea ante una u otra alternativa) lo habrá de hacer obrar para mi
bien; o sea, para que aprenda las enseñanzas que me harán crecer en Sus
propósitos e intenciones para conmigo.
No pierdo, si es que en Él confío.
No importa ante qué opción me encuentre; lo que piense, crea o haga, si
mi fe y confianza están puestas en Él, habré de triunfar.
Quizás por eso el primer y gran mandamiento
es amar a Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente y el
segundo; amarte para amar a tu prójimo como te amas a ti. ¡Amen!
Y en lo que recibo mayor revelación sobre éste particular...seguiré sembrando.
Y en lo que recibo mayor revelación sobre éste particular...seguiré sembrando.
Muchas bendiciones. Una buena reflexión la cual me puso a releer el Génesis. Hablaremos más de este evento.
ResponderBorrarMUY BUENO EDRIC!!! TE FELICITO. GRACIAS POR COMPARTIRLO...
ResponderBorrarHermoso escrito. Mil bendiciones!
ResponderBorrarMuy bueno en estos momentos
ResponderBorrarCuando uno escribe de noche profundiza más. Mejorar la condición de vida sin importar la que tengas debe siempre ser un objetivo, En la mayoría de los casos la tuya y la de los tuyos pero en términos más abarcadores, de un pueblo.
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