Dentro del amplio mundo
de las posibilidades, la especulación encuentra su espacio, siendo la
imaginación su límite, no sin antes coquetear con lo fantasioso. Adentrándonos en esa dimensión, se ‘sosquinea’ con la ciencia ficción y la locura. Antes del
entuerto, consideremos algunos datos corroborables en la realidad.
Puerto Rico se ha convertido en un dolor de cabeza para los
Estados Unidos. Durante los últimos
años, las expresiones del congreso y de otras ramas del gobierno de esa
república, concertadamente o no, demuestran el menosprecio hacia nosotros. La sarcástica Ley PROMESA y la designación de
una junta, el trato despectivo de su presidente durante la visita tras el paso del
Huracán María y la lentitud e ineptitud de las agencias federales para el
manejo de la crisis son señales inequívocas de ello. Es increíble que ‘los federales’ se incauten
en los muelles de ayuda enviada por amigos y familiares a las víctimas; que
confisquen camiones de combustible así como de mercaderías cuyo destino eran
nuestras tiendas y supermercados. ¿Por
qué?
En diversas maneras se
difunde la noción de que somos un pueblo ingobernable, cuyos servidores
públicos: los que han residido en el
Viejo San Juan, los miembros de la judicatura y aquellos que ‘trabajan’ en El
Capitolio; los que ‘dirigen’ diversas instrumentalidades y departamentos, son
ineptos, están inmersos en agendas escondidas y manejos corrompidos.
¿Será
todo esto parte de un plan maquiavélico
para movernos en determinada dirección? ¿Y
qué tal si ello requiere del quebrantamiento de nuestro espíritu y una mayor domesticación
del puertorriqueño?
Hará una veintena de años, un huracán azotó a Cuba, se
estacionó sobre la isla y luego dio marcha atrás. El comandante en jefe Fidel Castro, expresó
entonces; ‘esos fueron los americanos’. Durante la guerra de Vietnam, Operación
Popeye, fue un ‘proyecto secreto’ que se utilizó para crear tifones. ¿Qué tal si Irma y María fueron fenómenos atmosféricos provocados,
o al menos dirigidos? El primero logró asustarnos, o pudo haber sido
un intento fallido, y el segundo propinó
un duro golpe; especialmente a nuestra gente.
¿Será posible tal atrocidad? (A los incrédulos, les invito a buscar HAARP.)
La farsa del 9/11 y el
encubrimiento de la implosión de las Torres Gemelas para mover militarmente la
economía, ‘atacar el terrorismo’ y asumir control de fuentes petroleras
extranjeras dejan una espinita que no es tan
pequeña.
Al final del camino, existe una perspectiva que se difunde
desde los púlpitos los domingos. Pertenece
a la esfera que tiene preeminencia sobre todas las demás. Es tan familiar que ignoramos sus
implicaciones en situaciones de ésta y otras naturalezas. Dentro del contexto de la revelación y la fe
concluimos que Dios está en control. Él
está sobre lo oculto y lo falso, y si está en nosotros, comoquiera habremos de prevalecer.
(Escrito del 13 de noviembre de 2017)
No publicado antes por falta de internet.
EEVF)
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El Dr. Robert M. White, líder de la Administración de Servicios de Ciencias Ambientales y el capitán del E.T Harding, U.S Navy, Comandante del Comando del Servicio Naval de Tiempo, tuvieron la responsabilidad general de este proyecto.
Los experimentos del “Stormfury” fueron muy complejos y requerían planificación extensa. En algunos momentos durante los múltiples intentos de siembra, hasta 10 aeronaves operaron dentro de la circulación de un huracán.
Criterios para seleccionar un huracán:
- Menos del 10% de probabilidad de acercarse a tierra en menos de 24 horas.
- Estar al alcance de las aeronaves en Ceiba.
- Ser un ciclón intenso con un ojo bien definido.
La seguridad del personal de la aeronave era sumamente importante para conducir experimentos de forma exitosa. Considerando los rápidos vientos, lluvias torrenciales y condiciones turbulentas bajo las cual se llevaban a cabo estas operaciones, el entrenamiento, profesionalismo, y la dedicación eran vital para operaciones seguras y exitosas.
Durante su operación, el programa vio poco éxito mayormente ante la dificultad que presentaba encontrar huracanes para experimentar. Para agosto del 1963, se realizó su primera siembra a gran escala en el huracán Beulah. Tras la siembra, se observó al ojo desorganizarse y vientos sostenidos se redujeron en un 20 por ciento. Los resultados de ese intento fueron "alentadores pero inconclusos".
Seis años pasaron sin más intentos debido a problemas de logística o los huracanes disponibles no rendían los criterios necesarios para la experimentación. En agosto de 1969, volvieron a la carga contra el huracán Betsy. Trece aviones interceptaron la tormenta durante dos días. En el primero, los vientos se redujeron en un 31% mientras que en el segundo día se redujeron un 18% adicional.
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https://www.youtube.com/watch?v=S1dTgec9XA0&feature=youtu.be&fbclid=IwAR0FKR3qlwyMktWDtGJ8CTzYjFI19unBxLFXPUien7E59eadlGEH3iWb_yc
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https://www.youtube.com/watch?v=S1dTgec9XA0&feature=youtu.be&fbclid=IwAR0FKR3qlwyMktWDtGJ8CTzYjFI19unBxLFXPUien7E59eadlGEH3iWb_yc