viernes, 26 de julio de 2013

El café ayer y hoy



     El mismo problema de siempre, los mismos comentarios, las mismas insuficiencias y de nuevo, surge el gobierno como la entidad que 'piensa remediar la situación'.  ¡Y somos tan ingenuos que lo creemos! ¿Conoce alguien en Puerto Rico alguna industria privada 'salvada' por el gobierno?  ¡Por favor! 
Café puertorriqueño; entre los mejores del mundo.
     En el 2009 participé junto a Israel G. y Zelideth O. en una campaña a través de los medios. Danny Rivera, Rey Francisco Quiñones, Alexis Morales Cales, la Asociación de Radiodifusores de Puerto Rico, el Overseas Press Club y la Asociación de Periodistas nos unimos para hacer algo.   Íbamos viento en popa, hasta que...recién aprobada la Ley 7,  el entonces Gobernador Fortuño se encuentra en Yauco, en una actividad del Alcalde Abel Nazario, y un periodista le pregunta: ¿Señor Gobernador, que tiene Ud. que decirle a los miles de puertorriqueños que han quedado desempleados?  Que se vayan a coger café. (Algo así fue la respuesta)  ¡Qué mentalidad! ¡Qué balde de agua fría!     
     Los gobiernos nuestros son político partidistas.  Su objetivo eleccionario es alcanzar el poder, y luego procurar las finanzas que requiere administrar el país.  Al quedarse cortos, para cuadrar un nuevo presupuesto se ven precisados a realizar 'despidos', encarecer los servicios que 'ofrecen' y aumentar los precios de los artículos de primera, segunda y hasta de tercera necesidad.  Ante tales condiciones es imposible ayudar al cafetal. Como cuestión de realidad, se dificulta el éxito de cualquier iniciativa económica y empresarial realizada por los ciudadanos.  Los únicos que entran en bonanza con los cambios de colores, son los negocios favorecidos por la administración de turno. 
Campaña Pal Cafetal 2009
    El resultado final es que se tiraniza al ciudadano en el ejercicio de su derecho fundamental a la vida, a la libertad y a la búsqueda de la felicidad.  Ésta situación es insostenible.  Su verdadero nombre es opresión.  Nos corresponde asumir la responsabilidad de reclamar del gobierno que asuma como función principal  nuestra defensa; que quiten, no que añadan, escollos.  Cedimos a su favor parte del poder y ahora hemos venido a ser víctimas del mismo.  Esto llora ante los ojos de Dios.     

   Gobernantes, deténganse, observen lo que está sucediendo en nuestro país.  No es momento de hacer leña de la patria caída.  Es la coyuntura para valorar y resaltar el mayor de nuestros recursos:  las personas. Somos gente creativa, apasionada y esforzada.  Podemos lograrlo juntos.  El pueblo está dispuesto a cultivar.  Dios nos ayudará.
   
     El cartel que ves a la derecha fue creado para la campaña a favor del cafetal en el 2009.  Si quieres leer lo que escribí en el 2010, te incluyo la referencia:  http://wwwedricvivoni.blogspot.com/2010/11/normal-0-false-false-false-en-us-x-none.html
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Noticia de ENDI 3 agosto 2015
La orden del DACO ha puesto sobre la mesa una compleja trama empresarial que va desde las denuncias de favorecer el fortalecimiento de un monopolio hasta el dilema ético del trabajo infantil en los países a los que...
WWW.ELNUEVODIA.COM


   


lunes, 8 de julio de 2013

Un primer reclamo

      Dedico éste escrito a mis 7 hijos y a mis 12 nietos.  Ellos se desenvuelven en un Puerto Rico algo diferente al que yo lo hice cuando tuve sus edades, pero todos danzamos la melodía que orquestra el coquí, el vaivén de las olas y el ruiseñor.  El escenario y los movimientos de ésta tierra siguen siendo los mismos y la sangre es singularmente la nuestra.  

    Comienzo con una pregunta sobre la última palabra del escrito que titulé ‘Revolución’; reivindiquémonos*.  ¿Cómo nos reivindicamos?  ¿Cómo lograrlo en ésta etapa de nuestra historia, como gente y como pueblo; con la idiosincrasia y las actitudes que hemos desarrollado e incorporado a nuestra manera de ser, a los valores que profesamos y a la realidad política y económica de la Isla, del Norte y el mundo?  

      ¿Qué significa reivindicar?  En esencia, consiste en el reclamo que se hace de algo a lo cual se tiene derecho. 

    ¿Tiene el puertorriqueño una manera particular de ser?  Porque si existe, podemos concluir que como colectivo tenemos la prerrogativa de hacer un reclamo reivindicatorio.  Más allá de lo atribuible a la individualidad, somos una amalgama de razas, subculturas, tradiciones y costumbres con una diversidad de procedencias.  Taínos descendientes de los arahuacos, pertenecían a  distintos cacicazgos.  Pescadores y agricultores.  Viviendo en armonía con la naturaleza…aprendieron sus secretos.  Algunos, temerosos de los caribes.  Los que habitaban arriba, en la cordillera, desconocían ese temor.  Españoles de alcurnia y de pueblo, empresarios y fracasados, monárquicos y republicanos; del centro, del sur, el norte e isleños.  Corsos, mediterráneos, orgullos de su procedencia italiana, otros de la francesa; con resentimientos hacia ambos países y otros, nacionalistas.  Aventureros y ventajeros.  Africanos de diversos pueblos y dialectos...dingas y mandingas arrancados mediante la fuerza de sus pueblos y familias; ‘domesticados’ por el carimbo y la esclavitud.  Libertados y marginados.

     La uniformidad de todos comenzó por la latitud y la longitud en una misma porción de terruño.  La manera en que sale y se pone el sol y de cómo observamos la luna en su travesía espacial.  La exclusiva combinación del clima, los mares y las playas, los ríos, las llanuras, los cerros y las montañas; la vegetación y la fauna.  Entre otros tantos, el coquí, el guaraguao y el pitirre aportaron su melodía.  Todos estamos llenos de ese ritmo caribeño, pero más específicamente, borinqueño.                

   Hablamos un mismo lenguaje, básicamente castellano, con cientos de palabras y modulaciones taínas y africanas que nos dan una entonación y un acento muy propio y singular.  La mezcla de razas y sangre; de tonalidades de piel, de lacios y enrizados, de perfiles, ha entretejido algo particularmente característico.

¿Y nuestra personalidad?  Por caminos misteriosos y quizás indescifrables ha terminado destilándose la generosidad y la bondad que nos distingue como puertorriqueños.  Somos un pueblo único en el mundo.  ¿Alguien lo duda? Eso no hay que reivindicarlo. 

    Siendo un ente de características y bases claramente distinguibles, podemos y estamos en posición, independientemente de cualesquiera diferencias, de hacer el reclamo.  Pero, ¿hemos perdido algo que necesite ser reivindicado?  Y si existe, ¿a quién dirigimos el reclamo y por qué?      Los forjadores de los Estados Unidos de América, en su resuelto esfuerzo por instaurar una forma de gobierno que respetase los derechos humanos y evitase el abuso de poder por el estado, establecieron un fundamento: Dios ha conferido a los hombres ciertos derechos inalienables (exclusivos y personales) entre los cuales se encuentra el derecho a la vida, a la libertad y a la búsqueda de la felicidad.  Se trata de atributos innatos a la persona; que no son conferidos por el gobierno, sino por el Creador, por el mero hecho de existir.

    El  humano, por su condición de ser, tiene derecho a vivir y a desenvolverse con la capacidad de pensar y de elegir entre alternativas.  A eso se le llama voluntad y en esencia, es un derivado de la libertad.  ¿Qué cosa es la libertad?  Consiste en la capacidad de optar por el camino que ha de seguirse de acuerdo a la inteligencia y las preferencias.   Trata sobre el estado o la condición de quien no está prisionero o sujeto a otro.  Por esa misma condición innata, existe en el ser humano el derecho a procurar su felicidad. 

    Por ahí comienza a despuntar la primera interrogante: ¿El colectivo puertorriqueño posee, como pueblo, libertad para fijar su derrotero y establecer sus preferencias, sus conveniencias y procurar su felicidad?  Una respuesta honesta y con sentido de introspección nos conduce a un inevitable ‘no’.

    ¿A quién reclamarle la reivindicación de nuestra libertad y felicidad?  El reclamo se hace a los responsables de privar, coartar o inhibir el pleno disfrute y desarrollo de éstos derechos; a quienes truncaron nuestro legítimo derrotero y procuraron otros caminos, aunque hayan pensado y creído que lo hacían por nuestro bienestar.  Tanto el gobierno de Puerto Rico como el de los Estados Unidos de América son  responsables de ello.  Es por tanto a ellos, en los foros provistos para que los ciudadanos acudamos a reivindicar esos derechos inalienables, a quienes en primer lugar debemos hacerle el reclamo. 

    ¿Quién y dónde?  Cualquier puertorriqueño, a nombre de los ciudadanos de nuestro país a quienes los Estados Unidos le confirieron la ciudadanía de su país; en la corte establecida por ellos en nuestra Isla.  Sí, un pleito de clase que cumple con todos los requisitos jurídicos, y más allá…que cumple con los de humanidad y civilismo.  Éste es un primer paso en el proceso de reivindicarnos. Es un planteamiento razonable, al amparo de la legalidad, y una importante responsabilidad.  Adelantemos la causa, qué así nos ayuda Dios.
 

*Para el escrito ‘Revolución’ acceda:  http://wwwedricvivoni.blogspot.com/2013/06/la-revolucion.html

http://www.elnuevodia.com/columna-unprimerreclamo-1547473.html

http://www.saludospr.com/index.php/articulos/85-un-primer-reclamo