En la década de los 60 recuerdo haber viajado
entre Aguirre y San Germán con papá, mamá y mis hermanos. Debió haber sido cerca de un periodo eleccionario
pues por las ventanas del auto, cada cual exhibía la bandera del partido con el
cual simpatizaba. Representada estaba la
verde, la azul y la roja. Para mí, el
mayor de los hijos, batir mi enseña al cruzarnos con otros vehículos era una manera
de compartir en solidaridad. Un recuerdo
paralelo, pero anterior, me remonta a los juegos de baloncesto donde
participaba el ‘Monstruo Anaranjado’ y el equipo de pelota de los Indios de Mayagüez.
Dentro del ambiente político y deportivo
conocí una competencia llena de fogosidad y respeto.
En las últimas décadas el partidismo ha provisto un escenario para acentuar
nuestras divisiones en estadistas, independentistas y estadolibristas. Las campañas políticas han dejado de ser
eventos electorales de cada cuatro años para convertirse en luchas por
candidaturas, actividad partidista y consultas sobre el estatus durante todo el
año. Añadámosle a lo anterior, algo que
pudiese parecer inconexo; que los medios de comunicación, particularmente la
prensa, se han tornado más agresivos, sensacionalistas y morbosos.
Hace unas semanas el país se dividió
ideológicamente entre los favorecedores y objetores de la enseñanza sobre la
equidad de género en el sistema de educación pública. Activa está la controversia sobre el IVA. El
insulto, la falta de respeto y los ataques virulentos y despiadados ha sido la
orden del día.
Puertorriqueños contra puertorriqueños, y otros
que ante tal lucha y estilos, han preferido mantenerse al margen.
En medio de esa realidad, hoy hace once (11)
días que comenzamos ésta campaña para lograr que el liderato político del país,
unido apoye una consulta SI o NO durante el próximo evento electoral, para que
el pueblo se exprese sobre la necesidad de eliminar el efecto de las Leyes de
Cabotaje sobre Puerto Rico. Individual y
públicamente los partidos han expresado que están de acuerdo con esa medida.
Ello significa economizarnos entre 700 y 1,200 millones de dólares anuales. Con todos esos aspectos a nuestro favor, ¿qué
impide que trabajemos unidos? ¿Será que
el partidismo divisorio ha calado tan profundamente en nuestra psiquis? ¿Acaso será
la suspicacia y la sospecha, o acaso la apatía?
Vamos a dar la lucha por Puerto Rico; por la
unidad que nos permita hablar con una sola voz.
Superemos lo que sea necesario y caminemos juntos hacia el bienestar de
todos. Tal vez nunca antes nos hayamos
encontrado ante una oportunidad así. Estoy seguro que podemos.
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Estoy de acuerdo.
ResponderBorrarAdelante
Duro con ellos!!
ResponderBorrarTotalmente de acuerdo.
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