Sabemos que algo anda
muy mal en el país; se respira en el ambiente y lo vivimos, aunque para algunos
las cosas sigan como si nada… al estilo o’neillesco.
Los partidos y los políticos continúan
haciendo lo mismo que otrora, cada cual
arrimando la brasa a su sartén.
¿Qué nos sucede Puerto
Rico? La vitrina de la democracia en
América que una vez fuimos, ha sido debilitada por los mismos que la exhibieron
como tal; pero el asunto va más allá de la colonia y de sus graves
consecuencias y vejámenes. Se trata del auge
de una visión de mundo que trasloca valores e ideologías y que trasciende nuestras
fronteras isleñas. Estamos en el umbral del
predominio mundial de la moneda como elemento conquistador de mentes y voluntades…
el imperio de la ambición y la codicia económica sobre cualquier sistema social
y político. ¿Monarquía, democracia o dictadura? ¿Vidas, dignidad o libertades humanas? Nada importa ante el afán de acumular y manejar
riquezas, y el poder que ello otorga. El
movimiento que predomina es el del bien de unos pocos a costa del bien de los
muchos. ¡Analícelo!
¡Ah! ¿Qué habré de crear para mí una ‘solución’ y nadaré
en mi pequeña pecera? Triste esfuerzo; pero si seguimos como vamos, el
resultado será nuestra enajenación total.
A 3/27/2017
Edric E. Vivoni Farage
Hacienda Luz de Luna
Adjuntas, Puerto Rico
Publicado en El Nuevo Día el 5 de abril de 2017 bajo el título; La guerrilla que nos ciega
http://www.elnuevodia.com/opinion/columnas/laguerrillaquenosciega-columna-2307552/
A 3/27/2017
Edric E. Vivoni Farage
Hacienda Luz de Luna
Adjuntas, Puerto Rico
Publicado en El Nuevo Día el 5 de abril de 2017 bajo el título; La guerrilla que nos ciega
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Sabemos que algo anda muy mal en el país; se respira en el ambiente y lo vivimos, aunque para algunos las cosas sigan como si nada… al estilo “O’neillesco”. Los partidos y los políticos continúan haciendo lo mismo que otrora, cada cual arrimando la brasa a su sartén.
¿Qué nos sucede Puerto Rico? La vitrina de la democracia en América que una vez fuimos ha sido debilitada por los mismos que la exhibieron como tal; pero el asunto va más allá de la colonia y de sus graves consecuencias y vejámenes. Se trata del auge de una visión de mundo que trastoca valores e ideologías y que trasciende nuestras fronteras isleñas.
Estamos en el umbral del predominio mundial de la moneda como elemento conquistador de mentes y voluntades… el imperio de la ambición y la codicia económica sobre cualquier sistema social y político. ¿Monarquía, democracia o dictadura? ¿Vidas, dignidad o libertades humanas? Nada importa ante el afán de acumular y manejar riquezas, y el poder que ello otorga. El movimiento que predomina es el del bien de unos pocos a costa del bien de los muchos. ¡Analícelo!
¿Qué mecanismos tiene el pueblo para defenderse, promover su bienestar y evitar el abuso? ¡Ninguno! Se nos hizo creer que las elecciones democráticas eran las que garantizaban el destino del pueblo, pero ese no es el caso. ¿Para dónde vamos? No lo sé.
Me limito a expresar, muy esquemáticamente, la voz de alerta. Es urgente crear opciones y asumir riesgos. Si no dejamos a un lado el fanatismo insularista de guerrilla político-intelectual, todos sufriremos. Estamos viendo, aunque así no lo entendamos, las señales.
¡Ah! ¿Que habré de crear para mí una “solución” y nadaré en mi pequeña pecera?
Triste esfuerzo; pero si seguimos como vamos, el resultado será nuestra enajenación total.