miércoles, 26 de junio de 2019

CLARO QUE SE PUEDE


Aquel sábado en la tarde lloviznaba.  Habíamos pospuesto tantas veces la visita, que de cualquier manera iríamos, aunque ello significase renunciar a una siesta bajo el sonoro techo del cinc de nuestra casa de cien años en Yahuecas.  Serpenteamos por una carretera estrecha y jaldosa, entre pomarrosos, yagrumos y bruscales y cruzamos el pueblito de Castañer.  Allí la tierra es violetacea y acuna cafetales, plantaciones de chinas y guineales.  En esta zona, las personas son diferentes a la de las ciudades: exhiben lo que se puede identificar con nuestras raíces.  Lo jíbaro está por encimita y a la vez, tan profundamente arraigado. 
   Luchy y yo nos dirigimos a casa de unos amigos en las márgenes del Lago Guayo.  Pasamos por un sendero bordeado de miramelindas y palmas de helecho.  Había varias quebradas hinchadas y al llegar está cayendo un tremendo aguacero.  Arturo nos recibe con un super paraguas: “¡Que servicio de valé parquin del Caribe Hilton ni ocho cuartos!”, nos dice al abrir la puerta del carro.   
 Uno tiene que aclimatarse al lugar; a la casa y a estos amigos.  Es como hacer embocadura cuando se tiene de frente el plato preferido o el motor que hay que calentar antes de iniciar la travesía.  Tras el caluroso saludo, respiro el aire húmedo y recreo la vista; nos ponemos al día en los eventos de las dolamas, de la familia y el trabajo y después, a hablar de cómo anda el país.  
Jeannette y Luchy se han ido a fiebrar con las cuentas y los collares y dialogan sobre mil temas que la mayoría de las veces se escucha como un murmullo, así que vamos a lo que nos gusta.

Hace unos añitos; con los Palacios
“Arturo, si uno vive en una isla que tiene limitado su acceso a los productos del exterior; que el 80% de lo que consume lo importa; que es un mercado cautivo, el quinto de los Estados Unidos en el ámbito mundial; que no cuenta con los poderes para impedir la competencia y proteger lo poco que hacemos; que en 40 años se han cerrado cientos de fábricas y abierto decenas de centros comerciales...” (De momento pienso en el significado que tiene la concentración de gente en los ‘chopins’: que nos hemos movido de producir a consumir).  Y prosigo; “¿tú sabes qué es lo que se mueve hoy en día?   Lo que tiene que ver con el financiamiento y con la construcción de casas y con la compra, servicio y reparación de autos.  Fuera de eso, no hay más nada.  ¿Y sabes por qué estamos así?  No es por mera casualidad...” Seguí elaborando, pero me percato que ese no es el enfoque que debemos seguir y probablemente, aquella tarde Arturo y yo hablamos de otro montón de cosas.  Lo cierto es que debimos haber conversado desde otra perspectiva.   Después de todo, ese discurso medio intelectualoide que apoya la ausencia de salidas, que habla de encerronas y de los ‘no se puede’ nos va conduciendo a la tristeza, a la frustración individual y colectiva: es uno que mata la iniciativa, la alegría y la esperanza.  El alma termina enfermándose de pesares. 
   Y viene al caso las expresiones de la sicóloga social, Mercedes Rodríguez cuando
Tomándome un cafecito con Mercedes Rodríguez
optó por renunciar de Notiuno y Teleonce.  De seguro que no lo dijo así, pero le parafraseo: “esto de estar usando la radio y la televisión para machacar la violencia, la confrontación y la agresividad para ganar ‘reitin’ le hace mucho daño a la gente”.  Estoy con usted, Doña Merce. No podemos seguir sordos, ciegos y mudos y permitir que se mantengan abiertas esas puertas, disque para garantizar la libertad de prensa y de expresión y en ello darle cabida a to’ese macabrismo y mercantilismo de algunos medios con la tragedia humana.  Lo que antes era cafrería, no le llega a los tobillos a lo que hoy estamos viendo.
¿Sabes que tú y yo somos los portadores de la conciencia individual de Puerto Rico?  Que uno de nuestros primeros deberes es cuidarnos y protegernos de estos ataques; que hay que sacar la cara y tirar al zafacón toda esta poca vergüenza.  Lo triste, como decía mi abuela, es que lo malo es lo que se pega y cuando venimos a abrir los ojos, estamos contagiaos utilizando el mismo idioma.  Así que la limpieza comienza por la propia casa.
Si hasta ahora hemos permitido que esta mentalidad entorpezca nuestro desarrollo, cambiémosla.  A cada uno le corresponde marchar hacia adelante, con optimismo.  La necesidad es la madre de la invención, así que comencemos a inventar; ya es tiempo de romper con los moldes derrotistas.  Alguien dijo en una ocasión que nuestro mayor recurso es la gente.  Yo creo que existe una enorme riqueza en una mente positiva; en un espíritu combativo y entusiasta frente a las limitaciones; que ve en los obstáculos, oportunidades.
El ingeniero Alexis Massol y el proyecto de auto gestión, ‘Casa Pueblo’ en Adjuntas es un ejemplo de lo que con amor y tesón puede lograrse.  Tras muchos años de lucha y duro trabajo, quedó enterrada para siempre la posibilidad de una explotación minera en esta zona montañosa.  Ahora toda el área ha sido designada como un bosque nacional. Hace un tiempo, este puertorriqueño cosechó el reconocimiento internacional por su gesta.  ¡Ven que sí se puede!
           En el corazón de la Isla, en estas montañas, surgen cosas que vale la pena compartir.  Aquí hay buen terreno y buena madera.  En el corazón de cada uno de nosotros, hay mucho de valor que falta por realizar.  Atrevámonos a soñar y a convertir los sueños en realidades.
            El sol ha caído tras los cerros que circundan el lago. Algunas garzas cruzan de un lado a otro.  La brisa nocturna hace hondas sobre el agua ennegrecida y la tórtola irrumpe el silencio con sus últimos arrullos.  El frío es agradable y nos abrigamos. La luna alumbra con destellos plateados las hojas humedecidas del platanar. Este es un paraíso desconocido para muchos; pero está aquí presente; a muy poca distancia de los más lejanos.
          Nos despedimos y regresamos a casa con agradecimiento.  Sabemos que sólo hay Uno de quien provienen los buenos pensamientos y estamos seguros que con Su ayuda todos saldremos adelante.

Escrito es del 31 de marzo de 2006. Hace más de trece años. 

2 comentarios:

  1. SR. VIVONI QUIERO FELICITARLE POR ESE ESCRITO DE 2006 PERO QUE TODO ESTÁ MUY VIGENTE. RECUERDO SU CASA EL DIA QUE MI QUERIDA HIJA DESIREE Y MIS DOS NIETAS HICIERON MI SUEÑO REALIDAD Y ME LLEVARON A ESE PUEBLO DE ADJUNTAS A VER CASA PUEBLO Y LA HACIENDA LUZ DE LUNA YO PENSABA QUE ERA UN RESTAURANTE COMO TODOS PERO ESPECIAL. NO SABIA QUE ERA PARA CADA GRUPO EN EXCLUSIVA Y LLEGAMOS TARDE. NUNCA OLVIDO ESE DIA Y SU INTERESANTE CONVERSACIÓN LAS ATENCIONES DE SU ESPOSA Y SOBRETODO LA SOBREMESA EN SU CASA BELLA Y ESPECIAL TAMBIEN SU RELOJ QUE MI NIETA DESCIFRO SUS SÍMBOLOS. GRACIAS POR ESE DIA. MI HIJA ESTABA CELEBRANDO MI MEJOR CUMPLEAÑOS QUE HABIA SIDO EN MARZO 20. Gracias Desiree por cumplir uno de mis sueños.

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