Es temprano en la madrugada. Me
encuentro frente al monitor de mi computadora.
A ésta hora, acá en medio de las montañas de Adjuntas está fresco, pero
el friito de temporada aún no ha
llegado. Es posible que las tostadas
francesas y el café caliente hayan alterado mi percepción de la temperatura;
pero no es sobre eso que quiero hablarles.
Por años he dedicado tiempo a comunicarme por éste medio con
ustedes. He hecho uso de la sabiduría
que la reflexión y la meditación me ha permitido, y la he combinado con la habilidad
artística para crear carteles y colocarlos en mi muro de 'feisbuc'. La mayoría de las veces, lo he hecho manteniendo
la confianza y la esperanza en que estoy aportando a crear mayor consciencia
sobre la necesidad de ser partícipes en la creación del nuevo y mejor Puerto
Rico que deseamos y merecemos. Es
posible que a pesar de ello, sólo lo haya hecho en términos generales He compartido contigo el tema de la necesidad
de pasar del malestar y la queja por lo que acontece en el país, a la creación
de alternativas que nos permitan poner en práctica lo que sería la mejoría. Me he acercado, de manera particular, a
quienes he creído más capacitados para juntos crear tales mecanismos. He exhortado a nuestros gobernantes a ser
buenos servidores públicos; a dejar a un lado los miedos, las agendas
escondidas y la inmoralidad de la corrupción.
Por momentos he pensado que me he excedido en ello. He resaltado la importancia de los valores,
entre ellos el de la libertad y he condenado el partidismo, las leyes de
cabotaje, la junta de control fiscal y el coloniaje. Siempre me he esforzado en hacerlo con
respeto. También he recurrido a la queja
y sí; he perdido la perspectiva.
Hoy me machaca la mente y el corazón, la idea de que, a quienes llevamos
a cabo ésta misión o algunas similares en la búsqueda de ese mejor
puertorriqueño y el Puerto Rico añorado; nos acosan los fantasmas del
ningunismo y el protagonimo. No es que
no se haga. Hacemos por la patria y
servimos a la patria; pero se nos dificulta cuajar operaciones que sean el
resultado de una diversidad de mentalidades puestas al servicio de crear y poner
en práctica soluciones concretas ante la deprimente realidad que vivimos todos.
Muchas veces he expresado la creencia de
que cada cual haciendo lo mejor que puede en el lugar en que se encuentra, nos permitirá
alcanzar ese objetivo. Lo sigo creyendo
como solución diaria que nos fortalece poco a poco. Creo en el valor de las asambleas de pueblo y
el trabajo que estas realizan. No
obstante, hoy más que nunca percibo que
se requieren medidas inmediatas, porque el mal que nos aqueja se mueve
rápidamente. Es urgente la interconexión
entre quienes creemos en el bienestar del pueblo; en el derecho a la felicidad,
la paz, el progreso y la libertad. Son
urgentes las soluciones que se requieren.
¡Ustedes dirán!
Muy bien, así se habla, con orden y respeto.
ResponderBorrarEstoy bien de acuerdo.Adelante!!!!