jueves, 3 de febrero de 2022

DÍA DEL ABOGADO 2022

         Hoy, no sé de que manera, se estará celebrando el día del abogado en Puerto Rico. Es celebrable que una persona haya alcanzado la meta de graduarse de la profesión de abogado. Ciertamente, es un logro académico. Cuando en 1969 egresé de la facultad de derecho de la UPR alcancé una meta. Tras revalidar y comenzar a ejercer la profesión, inicié una segunda etapa de aprendizaje; que nunca he terminado. Desempeñarse en un tribunal y abogar por otro ser humano conlleva una gran responsabilidad. Conocí, durante 50 años, a excelentes defensores, a fiscales y jueces; todos abogados. Pero una cosa es el desempeño de la abogacía y otra el compromiso con el derecho. Este último abarca principios de justicia y de certeza jurídica. A través del derecho se regula la convivencia social y se aspira a la solución de los conflictos que surgen entre las personas, de manera jurídica, o sea, legal. Resulta medularmente significativo a lo que se llama "el derecho", la protección de la dignidad y la igualdad del ser humano, así como el conjunto de responsabilidades y limitaciones que tiene el gobierno.

El original de este cuadro lo titulé: Justicia
    El preámbulo de la Constitución de Puerto Rico expresa que el sistema democrático es fundamental para la vida de la comunidad puertorriqueña. Aclara que ese sistema es aquel donde la voluntad del pueblo es la fuente del poder del gobierno y que dicho gobierno está subordinado a los derechos del hombre. Yo no tengo mucho que celebrar. Puerto Rico es una colonia y ese estado, por definición, es indigno. La fuente del poder en Puerto Rico es el Congreso de los Estados Unidos y en estos momentos, la Junta de Control Fiscal. Todos los funcionarios electos por la voluntad del pueblo, no gozan del poder que le otorgamos para gobernarnos. Los jueces que se desempeñan en Puerto Rico, sin que entremos en el asunto de la politización o si hay o no corrupción, están limitados y obligados por las leyes de los Estados Unidos y por las decisiones del Tribunal Supremo de ese país.
    Se me hace muy difícil celebrar lo que ofende y violenta... y para colmo es justificado por una legalidad que es indigna. No obstante, reconozco, celebro y felicito a aquellos abogados que practican el derecho.

 



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