lunes, 7 de mayo de 2012

Carta respondiendo a la de un amigo en el exilio


Muy apreciado amigo,
  Gracias por las letras que me remites, aunque las noticias no parecen ser del todo alentadoras. 
    Mi querido padre, hombre recio y metódico, desde que cumplió los 90 me ha estado dando el mismo consejo.  Te adelanto que con mucha candidez le expreso que es el único consejo que me he propuesto seguir: "Edric, no te pongas viejo".  Con todo y eso, siempre aparecen por ahí algunas dolencias de las cuales inmediatamente me enemisto, y hago por mantener lo más distante posible.
    Nada, que la vida se ocupa de recordarnos el progreso y la sabiduría que se va adquiriendo con los años, y para que no nos engrandezcamos desmedidamente nos aguijonea con achaques.
Frente y tijerillas del techo
  Hemos estado muy bien.  Concentrados en la construcción del nuevo edificio.  Lo interesante ha sido que yo dibujé los planos y verlo convirtiéndose en realidad y participar en los trabajos diarios es como un alumbramiento. Siendo tú escritor, tal vez comprendas mejor si me refiero a ese proceso por el cual se pasa cuando se 'pare' un libro, pero en este caso, es como ser uno de sus personajes. ¿Capich?
Mosaico en banco de cemento
   En cuanto a nuestra querida patria, prefiero mirar su cielo, sus montañas, los valles, el río y la mar, en lugar de enfocarme en las desventuras a las cuales nos hemos hecho sujetos.  Aporto lo que está a mi alcance para crear conciencia de la responsabilidad que nos corresponde, y lo hago con ese puñado de personas con quienes tengo la ocasión de compartir la travesía histórica en la Casa Grande cada vez que tenemos degustación.  En 35 minutos, 600 años de 'historia', el presente y una exhortación para un mejor futuro: nadie del Norte, del Sur o de donde sea, y mucho menos los partidos y sus polítiquitos van a resolver lo que es nuestro deber.  [Al infierno con tanta dependencia diaria.]  Si uno saca del contexto partidista-ideológico el bienestar, manda a todos a freír buñuelos y se camina en pos de lo que es digno, de nuestra propia iniciativa e inventiva, es interesante ver cómo se desmoronan los rojos, azules, verdes y todo ese arcoiris de vividores.  Aunque no sea fácil de explicarte y probablemente de hacerte entender, por ahí andamos.
   Ya le estaré enviando algunas fotos.
   A Dios gracias; Luchy, los muchachos y los nietos están todos bien.
  Para Ud. y la doña vaya nuestro cariño y deseos de paz y sosiego - en medio de las tempestades que ocurren en la llamada edad dorada. 
Un abrazo,
E.Vivoni  

1 comentario:

  1. Emotiva carta la que cualquiera quisisera recibir de un amigo,, esta buenisimo el contenido

    ResponderBorrar