El Día de Reyes
los disfruté con algunos de mis 7 hijos y 14 nietos. Muchos de ellos no llegaron hasta casa por
diferentes razones; creo comprenderlas,
pero lo que me sacó de base fue dejar de hacer los arreglos para que mi cuñado
Cocó estuviese
con nosotros. Somos sus
familiares más cercanos y estuvimos a menos de diez minutos del hogar donde
reside. ¿Cómo sucedió? Fui envolviéndome
en momentos y conversaciones, y al final del día cuando me acordé, era muy
tarde. Me sentí mal. El 8 de enero;
día del cumpleaños de mi hermano Víctor, me propuse ir al pueblo al entierro de
la esposa de Don Marcelino y madre de Carlitos Morales. (Ambos son carpinteros y han realizado diferentes
trabajos en la hacienda.) Tras cumplir
con ellos, me propuse buscar a Cocó y compartir con él.
Llevo unos días con una inquietud muy particular y mientras estábamos en el restaurán Tierra del Frío, le pregunté: ¿Cocó, que tú piensas sobre la situación de Puerto Rico? El hombre, a veces se pone medio difícil y me expresó que existe un problema de criminalidad, un desgastado sistema de salud y de educación y creo que me mencionó algo sobre la AEE. Por conversaciones anteriores sé que él piensa que estamos en crisis, pero esta vez, arrancó relativizando la respuesta con eso de que todo depende de quién sea el que lo ve. Probablemente captó que detrás de mi pregunta, había gato ‘encerrao’.
“¿Cocó, tú crees que Dios interviene en la vida de las personas? ¿Crees que lo hace en lo que sucede en los pueblos? ¿En Puerto Rico?” Capté en su mirada la búsqueda de una contestación, pero me respondió con otras tantas interrogantes. Al final de nuestro diálogo fueron más las dudas que expresó, que las respuestas que me dio. Él cree en la evolución y el surgimiento espontáneo de la vida; de la nada. “¿Y de dónde salió la nada? ¿Alguien la creó?” Por ahí seguimos hasta donde llegamos. Así no más. ¿Y las conclusiones? Varias o ninguna… pueden ser meras opiniones, creencias o fe. Y le sigo dando vueltas a la noria, porque en esencia lo que me intriga es que habiendo tantos creyentes cristianos en Puerto Rico, veo muy pocas propuestas de soluciones para nuestra problemática de país. Sí, hay quienes favorecemos o nos oponemos a ciertas cosas, pero de ahí damos un extraordinario salto para expresar que Cristo es la respuesta o que hay que orar. No es que eso esté mal pero pregunto: ¿siendo la sal de la tierra y la luz del mundo, en qué y cómo ejecutamos? ¿Será que el Reino de Dios,
aun cuando coincide en tiempo y espacio con el de éste mundo, opera fuera del ámbito de éste último? ¿Qué, si algo, tiene Dios
Cocó, Héctor Rivera Siaca |
Llevo unos días con una inquietud muy particular y mientras estábamos en el restaurán Tierra del Frío, le pregunté: ¿Cocó, que tú piensas sobre la situación de Puerto Rico? El hombre, a veces se pone medio difícil y me expresó que existe un problema de criminalidad, un desgastado sistema de salud y de educación y creo que me mencionó algo sobre la AEE. Por conversaciones anteriores sé que él piensa que estamos en crisis, pero esta vez, arrancó relativizando la respuesta con eso de que todo depende de quién sea el que lo ve. Probablemente captó que detrás de mi pregunta, había gato ‘encerrao’.
“¿Cocó, tú crees que Dios interviene en la vida de las personas? ¿Crees que lo hace en lo que sucede en los pueblos? ¿En Puerto Rico?” Capté en su mirada la búsqueda de una contestación, pero me respondió con otras tantas interrogantes. Al final de nuestro diálogo fueron más las dudas que expresó, que las respuestas que me dio. Él cree en la evolución y el surgimiento espontáneo de la vida; de la nada. “¿Y de dónde salió la nada? ¿Alguien la creó?” Por ahí seguimos hasta donde llegamos. Así no más. ¿Y las conclusiones? Varias o ninguna… pueden ser meras opiniones, creencias o fe. Y le sigo dando vueltas a la noria, porque en esencia lo que me intriga es que habiendo tantos creyentes cristianos en Puerto Rico, veo muy pocas propuestas de soluciones para nuestra problemática de país. Sí, hay quienes favorecemos o nos oponemos a ciertas cosas, pero de ahí damos un extraordinario salto para expresar que Cristo es la respuesta o que hay que orar. No es que eso esté mal pero pregunto: ¿siendo la sal de la tierra y la luz del mundo, en qué y cómo ejecutamos? ¿Será que el Reino de Dios,
aun cuando coincide en tiempo y espacio con el de éste mundo, opera fuera del ámbito de éste último? ¿Qué, si algo, tiene Dios
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