viernes, 10 de julio de 2015

La libertad del alma

   Insto a eliminar las leyes de cabotaje porque constituyen una injusticia cuyo resultado es limitar el bienestar económico y desarrollo empresarial de los puertorriqueños. La campaña, que hoy cumple 130 días de presencia constante vía ‘feisbuc’, tiene como objetivo levantar firmas solicitando del liderato político del país que apoye y logre la aprobación de un referéndum a celebrarse en las próximas elecciones para que democráticamente dejemos saber cuál es nuestra voluntad. En vista a que todos los partidos han expresado separadamente que favorecen su abolición, es de esperar que más de un millón de electores elijan esa opción.  He propuesto que un comité multipartita lleve los resultados al gobierno de los EEUU y se sienten a resolver el asunto.  Ante la crisis económica del país, informes económicos, columnistas, conferencistas y editoriales, en y fuera de Puerto Rico, han hecho expresiones cónsonas con la necesidad de eliminar el efecto negativo de las leyes de cabotaje.  [Se estima que pagamos un exceso de $750,000,000 anuales en transportación marítima como resultado directo de la aplicación de las mismas.]  Cada vez son más frecuentes las voces de quienes ponen la mirada y la expectativa de que sea el Congreso o el Presidente quienes resuelvan este asunto.   
     Me inquieta sobremanera la visión de que otros sean los que resuelvan nuestros problemas.  Lo relaciono con la condición de dependencia que durante siglos hemos desarrollado, primero de España y luego de los Estados Unidos de Norte América. Es algo que va más allá de la estadidad, la soberanía y el estadolibrismo.  Es una negación de la esencia de la responsabilidad innata de las personas y las sociedades; es el resultado de la colonización del alma y esa es una de las peores esclavitudes. 
    Urge la consulta; que el PPD, PNP y PIP sometan el proyecto de ley para celebrar la misma, porque si no nos expresamos como Pueblo, si entregamos una vez más a otros, el deber que tenemos para con nosotros, el cordón umbilical seguirá fortaleciéndose y el cordero que nos representa, no se pondrá de pié… nunca llegará a carnero.  ¡Qué en esto nos ayude Dios!

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