domingo, 11 de diciembre de 2011

Sueños hechos realidad...y otros que ni siquiera imaginamos

  
     No es bueno que los sueños se pierdan en el espacio.  Mucho menos aquellos que se cumplieron al transcurrir los años.  Pasaron veinticinco de ellos para que Ventura Alejandro, nuestro hijo menor viese realizado aquel comentario del niño que acercaba una banqueta a la estufa de la Casa Grande para ayudar a su mamá.  ‘Mami, cuando sea grande, quiero cocinar aquí para  invitar gente a comer.’
     Aun existe la misma estufa de gas que cuando llegamos a la Casa Grande en el 75.


     Mi esposa Luchy está más guapa que nunca, ha madurado como mujer y ser humano.  Ventura, el chiquitín, hoy es el Chef Vivoni, un artista en la cocina, que a poco será el papa de Magnolia.
     Doy gracias a Dios por éste regalo de vida, y en lo que se refiere a la nieta que completa la docena, nunca pasó por mi mente que así sería. 

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