Se nos va la vida; se nos escapa en crisálida, en un abrir
y cerrar de ojos - sólida, contumaz, repetitiva, concéntrica,
asfixiante y esperanzadamente. Como
ciegos desciframos los aconteceres, quebrantamos las piedras, resbalamos en el
limo, en la misma cáscara, tropezamos con los obstáculos; caemos y nos
levantamos; fuimos perforados por la gota que cae del cielo, o de la tierra, o
del corazón o del pensamiento; por el roce continuo que nos pule.
Guayacán finca José B., Lajas Foto E.Vivoni |
Limité la mirada y vi las ramas de los árboles, las copas, los rayos del
sol que se asomaban chispeantes cuando batía el viento entre las hojas. Y más allá sólo vi el brillo que cegaba, y no comprendí el espacio que había –
pero carecía de importancia.
Esperé – aguardé – soñé y se asomó el azul sobre el azul de las arenas.
Valió la pena; sí valió la pena. Pasó y
dio paso a los pasos que anduve por el sendero que abrí; por el hueco que
despejé tras mucho trabajar. Un pequeño
espacio que no era mío; pero que fue como si lo fuese y aspiré a su eternidad
al confundir el vacío conmigo mismo.
El aire, el fuego, el agua y la tierra. El aroma, el fogonazo del que
calienta, el aire húmedo que se precipita y la tez que erosionan los gusanos.
El ansia de vivir, el ‘feeling’ que brota de adentro (los muchachos piensan con
las hormonas); el amor transparente, refrescante; el tejido de la vida que va
sucumbiendo frente al reloj.
Así será cuando la cadena que no se rompe alcance otras dimensiones;
cuando se despegue el último eslabón y flotemos en la esencia. Un nuevo mar, frontera;
luz circundante. Valió..., valió la pena –
tan sólo fue un comenzar; una continuación; una sola consciencia.
Edric E. Vivoni Farage
7 de julio de 1997
Adjuntas, Puerto Rico
(Escarbando en viejos papeles; organizando mi estudio,
encontré éste escrito en mi puño y letra alrededor de un boceto imperceptible. Son
pensamientos míos de hace quince años. A
19 de enero de 2013.)
Estas Pegao'...te felicito, sigue edelante!!!
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