Escuché casual y recientemente la
entrevista radial hecha a un ex alcalde y ex
senador del PPD. ‘Hay que aumentar los réditos debido a la crítica
situación del país: pobres, clase media y alta tendrán que
sacrificarse o nos hundimos todos.’ [En ningún momento le oí hablar sobre el sacrificio de la clase gobernante. Mucho menos de la economía que
significaría la unicameralidad o la eliminación de las leyes de cabotaje; aspecto
en el cual alegadamente están de acuerdo los tres partidos y respecto al cual llevo mi propia campaña a través de éste blog.] Con toda probabilidad, ésta línea de pensamiento represente el modo de pensar del nuevo-viejo liderato Popular. El voto de castigo a la administración Fortuño tuvo que
ver con el rechazo a la desfachatez, la zamacuquería, los abusos, la sobrecarga de impuestos,
reglamentación, federalización y de una recua de contratos multimillonarios para amistosas
asesorías, publicidades y cabilderías. El electorado no sólo expresó su
protesta al estilo PNP y su versión de lo
que significa gobernar; también cifró esperanzas en un mejor Puerto Rico bajo nuevos administradores. Aunque hay que ser bastante ingenuo para creer
todo lo que dicen los políticos, eso fue lo que prometieron y a eso se
obligaron. Atendiendo la radio, por un momento, me dio la sensación de estar
ante un piraguero: idéntico bloque de hielo, la misma raspa, igual cono, pero
con el carrito y el ‘sirop’ de otro color. ¿Más de lo mismo? ¡Noooo!
Queremos y necesitamos un Nuevo País. Existe una insatisfacción generalizada que tal vez no pueda precisarse; pero que es muy importante descifrar. Ello debe darse dentro del
respeto a las libertades individuales y a la búsqueda de la felicidad que legítimamente procura cada
ciudadano. La constitución, que es nuestra ley básica, se estableció para
limitar la gestión gubernamental y evitar que en su ejercicio se violen
derechos civiles. Cuando
los gobiernos abusan y tiranizan, la gente se rebela o termina deprimiéndose
colectivamente. En nuestra historia hay
pocas instancias de rebeliones, pero de la depresión, las personas se protegen
y muchas veces escapan cambiando de territorialidad. Entre los que se quedan, hay los que terminan narcotizados, delinquiendo y con poca iniciativa.
¿Suena familiar, verdad? El
momento requiere inventiva, creatividad y auto restricción gubernamental. Hay que deshacer lo negativo que se hizo antes para comenzar a construir, pero es mucho mas que eso. No se trata de hacer que funcione mejor el sistema, sino de crear uno nuevo. Hace falta un modelo de país que responda a las necesidades y los mejores intereses del pueblo y no de los gobernantes. Eso significa cambiar la manera de pensar... re aprender. El gobernador podrá designar un gabinete de 'excelencia', pero si no cambia los elementos de la ecuación y no educa a su equipo de trabajo para que dejen de operar bajo el mismo fundamento, tendrá serios problemas. Como el cambio no es cosmético, sino sobre la propia razón de ser del gobierno; puede, debe y tiene que contar con el pueblo. Si lo incorpora al proceso educativo, lo respeta; si dialoga y valora su voluntad; si crea un espacio que de rienda suelta para que ejercite sus talentos e inventivas...ganará. ¿Que es más fácil y menos arriesgado seguir con lo mismo? Seguramente. Todo gran logro ha tenido que superar esos factores. Si no lo hace, antes de comenzar su gestión habrá perdido.
Queremos y necesitamos un Nuevo País. Quitandole el adjetivo "nuevo' y transformmandolo en pregunta seria Queremos un pais? Contestacion sencilla: Saque a los politicos del panorama. Aqui me refiero a los Politicos de Poder como son el 99.99% de ellos. La mejor forma de sacar a los PP del Poder es quitandole el sustento economico que es 100% contributivo. Leer el primer capitulo del Partido de las Doce Visiones: Imagine No Taxes.
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