lunes, 8 de julio de 2013

Un primer reclamo

      Dedico éste escrito a mis 7 hijos y a mis 12 nietos.  Ellos se desenvuelven en un Puerto Rico algo diferente al que yo lo hice cuando tuve sus edades, pero todos danzamos la melodía que orquestra el coquí, el vaivén de las olas y el ruiseñor.  El escenario y los movimientos de ésta tierra siguen siendo los mismos y la sangre es singularmente la nuestra.  

    Comienzo con una pregunta sobre la última palabra del escrito que titulé ‘Revolución’; reivindiquémonos*.  ¿Cómo nos reivindicamos?  ¿Cómo lograrlo en ésta etapa de nuestra historia, como gente y como pueblo; con la idiosincrasia y las actitudes que hemos desarrollado e incorporado a nuestra manera de ser, a los valores que profesamos y a la realidad política y económica de la Isla, del Norte y el mundo?  

      ¿Qué significa reivindicar?  En esencia, consiste en el reclamo que se hace de algo a lo cual se tiene derecho. 

    ¿Tiene el puertorriqueño una manera particular de ser?  Porque si existe, podemos concluir que como colectivo tenemos la prerrogativa de hacer un reclamo reivindicatorio.  Más allá de lo atribuible a la individualidad, somos una amalgama de razas, subculturas, tradiciones y costumbres con una diversidad de procedencias.  Taínos descendientes de los arahuacos, pertenecían a  distintos cacicazgos.  Pescadores y agricultores.  Viviendo en armonía con la naturaleza…aprendieron sus secretos.  Algunos, temerosos de los caribes.  Los que habitaban arriba, en la cordillera, desconocían ese temor.  Españoles de alcurnia y de pueblo, empresarios y fracasados, monárquicos y republicanos; del centro, del sur, el norte e isleños.  Corsos, mediterráneos, orgullos de su procedencia italiana, otros de la francesa; con resentimientos hacia ambos países y otros, nacionalistas.  Aventureros y ventajeros.  Africanos de diversos pueblos y dialectos...dingas y mandingas arrancados mediante la fuerza de sus pueblos y familias; ‘domesticados’ por el carimbo y la esclavitud.  Libertados y marginados.

     La uniformidad de todos comenzó por la latitud y la longitud en una misma porción de terruño.  La manera en que sale y se pone el sol y de cómo observamos la luna en su travesía espacial.  La exclusiva combinación del clima, los mares y las playas, los ríos, las llanuras, los cerros y las montañas; la vegetación y la fauna.  Entre otros tantos, el coquí, el guaraguao y el pitirre aportaron su melodía.  Todos estamos llenos de ese ritmo caribeño, pero más específicamente, borinqueño.                

   Hablamos un mismo lenguaje, básicamente castellano, con cientos de palabras y modulaciones taínas y africanas que nos dan una entonación y un acento muy propio y singular.  La mezcla de razas y sangre; de tonalidades de piel, de lacios y enrizados, de perfiles, ha entretejido algo particularmente característico.

¿Y nuestra personalidad?  Por caminos misteriosos y quizás indescifrables ha terminado destilándose la generosidad y la bondad que nos distingue como puertorriqueños.  Somos un pueblo único en el mundo.  ¿Alguien lo duda? Eso no hay que reivindicarlo. 

    Siendo un ente de características y bases claramente distinguibles, podemos y estamos en posición, independientemente de cualesquiera diferencias, de hacer el reclamo.  Pero, ¿hemos perdido algo que necesite ser reivindicado?  Y si existe, ¿a quién dirigimos el reclamo y por qué?      Los forjadores de los Estados Unidos de América, en su resuelto esfuerzo por instaurar una forma de gobierno que respetase los derechos humanos y evitase el abuso de poder por el estado, establecieron un fundamento: Dios ha conferido a los hombres ciertos derechos inalienables (exclusivos y personales) entre los cuales se encuentra el derecho a la vida, a la libertad y a la búsqueda de la felicidad.  Se trata de atributos innatos a la persona; que no son conferidos por el gobierno, sino por el Creador, por el mero hecho de existir.

    El  humano, por su condición de ser, tiene derecho a vivir y a desenvolverse con la capacidad de pensar y de elegir entre alternativas.  A eso se le llama voluntad y en esencia, es un derivado de la libertad.  ¿Qué cosa es la libertad?  Consiste en la capacidad de optar por el camino que ha de seguirse de acuerdo a la inteligencia y las preferencias.   Trata sobre el estado o la condición de quien no está prisionero o sujeto a otro.  Por esa misma condición innata, existe en el ser humano el derecho a procurar su felicidad. 

    Por ahí comienza a despuntar la primera interrogante: ¿El colectivo puertorriqueño posee, como pueblo, libertad para fijar su derrotero y establecer sus preferencias, sus conveniencias y procurar su felicidad?  Una respuesta honesta y con sentido de introspección nos conduce a un inevitable ‘no’.

    ¿A quién reclamarle la reivindicación de nuestra libertad y felicidad?  El reclamo se hace a los responsables de privar, coartar o inhibir el pleno disfrute y desarrollo de éstos derechos; a quienes truncaron nuestro legítimo derrotero y procuraron otros caminos, aunque hayan pensado y creído que lo hacían por nuestro bienestar.  Tanto el gobierno de Puerto Rico como el de los Estados Unidos de América son  responsables de ello.  Es por tanto a ellos, en los foros provistos para que los ciudadanos acudamos a reivindicar esos derechos inalienables, a quienes en primer lugar debemos hacerle el reclamo. 

    ¿Quién y dónde?  Cualquier puertorriqueño, a nombre de los ciudadanos de nuestro país a quienes los Estados Unidos le confirieron la ciudadanía de su país; en la corte establecida por ellos en nuestra Isla.  Sí, un pleito de clase que cumple con todos los requisitos jurídicos, y más allá…que cumple con los de humanidad y civilismo.  Éste es un primer paso en el proceso de reivindicarnos. Es un planteamiento razonable, al amparo de la legalidad, y una importante responsabilidad.  Adelantemos la causa, qué así nos ayuda Dios.
 

*Para el escrito ‘Revolución’ acceda:  http://wwwedricvivoni.blogspot.com/2013/06/la-revolucion.html

http://www.elnuevodia.com/columna-unprimerreclamo-1547473.html

http://www.saludospr.com/index.php/articulos/85-un-primer-reclamo

2 comentarios:

  1. Muy bien, Vivoni, con lo de reclamar. Debemos de rcordar que en el '98, los que privaban era la Corona espanola, similar a la Corona inglesa en el '76 con los Colonists, en conjunto con los terratenientes que tenian su apoy(ll?)o. La historia dice que el dolor era bastante. El jibaro vio su oportunidad de reivindicarse en entonces en el vacio de ley que hubo por un momento...mi propio abuelo fue uno de los tiznados que busco retribucion.

    Los EU quito el Yugo espanol a Puerto Rico, y, logicamente, hizo de Puerto Rico otra colonia. Mas sin embargo, se que ya para el 1917 mi primo Pedro en Arecibo cursaba el 8vo. grado en una escuela que me parece no dejaron los espanoles. Para los '30 sino antes ya habia la PRRA. Se que la condicion del Boricua en el '98 era bastante basica y hasta enfermiza. Ni mencionar la infraestructura.

    Es muy curioso la reaccion del Boricua a los esfuerzos pro Independencia, inclusive a los sucessos de los '50. ?Por que rechazo ese esfuerzo el Boricua ? Muy compleja la contestacion, o tal vez, tan sencilla que no nos damos cuenta.

    La historia se debe ver claramente: los plebiscitos se han llevado a cabo ?libremente ? Tal vez no, pero si no fueron libremente ?por mano de quien? Hay intereses creados aqui, opino, que no quieren el cambio. En efecto, el ultimo plebiscite fue un esfuerzo para prevenir que esos intereses no afectaran la claridad de un plebiscite tan importante. Ya tu sabes lo que paso a los que buscaban ir en contra de esos intereses.

    En fin, la falta de decision relative a la definicion de lo politico/territorio ha sido del pueblo Boricua, no de los colonizadores. Ademas de las causas indicadas en contra de los plebiscitos, es possible que el pueblo cienta cierto miedo tanto para la INDEPENDENCIA como para la ESTADIDAD. El ultimo plebiscite demostro cierta oposicion del pueblo a los intereses creados.

    Sencillo: INDEPENDENCIA o ESTADIDAD El pueblo puertorriqueno puede definirse si quiere salir del status presente: colonia dentro de un sistema de leyes que no subyuga mucho mas de sus propias debilidades en la Metropolis EU.

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  2. PLEITO DE CLASE!!!! Inmediatamente.....

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