Dedicado a Alejandro García Padilla, Gobernador de Puerto Rico, ocupado en balancear el presupuesto mediante la imposición de mayores contribuciones al pueblo; a Pedro R. Pierluisi, Comisionado Residente, ocupado en presentar un nuevo proyecto de estatus para la Isla y a Juan R. Dalmau, candidato a la gobernación por el PIP y cuya ocupación política presente se desconoce.
Nos ocurre a todos. Salimos en la búsqueda de algún lugar o de
algún objeto específico y en el proceso nos desapercibimos de una cantidad
increíble de sitios y cosas, porque la mente está enfocada y concentrada en
aquello que persigue. Así es la naturaleza humana. Sin embargo, cuando no advertimos lo obvio o
lo despachamos livianamente, o miramos pal otro lado…, estamos despistados o incurrimos
en el peor de los engaños; el de nosotros mismos.
Ésta es una lección cercana a los puertorriqueños. En muchas escuelas de Puerto Rico se estudia la historia de los Estados Unidos. Aquí celebramos el éxito de su revolución el 4 de julio. El día es feriado.
El general Washington, a cargo del ejército revolucionario |
Inglaterra le aplicaba fuertes impuestos a los colonos sin que ellos tuviesen representación alguna en el cuerpo legislativo que aprobaba tales leyes o en el gobierno que las imponía. Eso generó un reclamo de unidad, libertad e independencia y finalmente la insurrección.
El abusado que resintió y rechazó las injusticias que
contra él se cometían, olvidó su propia historia y se ha convertido en el
abusador que provoca resentimientos y rechazos por las injusticias que comete contra otros
que ahora están donde él una vez estuvo. Es importante para nosotros reconocer que estamos sujetos y somos el objeto del abuso económico y de las injusticias. Sosquinearlo, hacernos de la vista larga o auto engañarnos es deshonroso. Somos un pueblo valioso, con dignidad y orgullo propio. ¡Reivindiquémosnos!