La marcha en contra de la venta de la telefónica llevada a cabo en el 2006 fue todo un éxito en organización, asistencia y contenido. Acudí a la misma en calidad de observador del Colegio de Abogados. No recuerdo acto de protesta anterior o posterior con mayor despliegue de apoyo, sin embargo, el resultado no guardó proporción con el esfuerzo y el objetivo, ya que la venta se llevó a cabo. Ha transcurrido una década.
En el ambiente circulan aires de descontento, frustración y cinismo. La economía está deprimida, la deuda pública parece impagable y cada vez se acerca el momento de la designación de
Quisiéramos hacer algo para alterar el desorden y el desenfoque imperante: ¿Pero qué? Las gentes nos organizamos en sociedad y designamos a los gobiernos con el fin de procurar el bienestar común, propiciar nuestro máximo desarrollo y tener un grado de seguridad. De tal razón de ser nos encontramos muy distantes; tanto así, que han ido convirtiéndonos en los pagadores de la corrupción, los delitos y las maquinaciones de quienes nos han mal gobernado.
El curso de acción a seguir requiere de valentía y tendremos que llevarlo a cabo dentro del estado de emergencia en que se vive en Puerto Rico.

A 22 de marzo de 2016
Hacienda Luz de Luna
Adjuntas, Puerto Rico
*[El autor es agricultor, abogado, mediador certificado y ex profesor universitario.]